El ceheginero Ángel Abril ha dado por concluida su experiencia de participar en una de las pruebas atléticas de ultrafondo más dura del mundo, el Maratón des Sables, conocido como ‘El maratón de las arenas’, en pleno desierto del Sáhara.

“En éste he tratado de disfrutar de la prueba, más que de competir por acabar en los puestos más altos de la clasificación”, ha asegurado Abril, quien ha terminado en la posición 435, de 887 participantes, tras seis etapas de 33, 38, 38, 82, 42,2 y 17,5 kilómetros.

Tal es su dureza que todos los atletas tuvieron que portar silbatos, vengalas, bombas extractoras de veneno, mantas térmicas, espejos, anti insectos, etcétera, por si sufrían algún de percance. Aún así, 60 participantes tuvieron que abandonar.

Ángel Abril, que es uno de los 37 españoles que viajaron al Sáhara, ya tiene su mente puesta en varios eventos deportivos de este tipo, “ya que hay pruebas muy duras en otros países que me llaman mucho la atención, y me apetece poder estar en alguna de ellas”, ha asegurado.

El ceheginero Ángel Abril ha dado por concluida su experiencia de participar en una de las pruebas atléticas de ultrafondo más dura del mundo, el Maratón des Sables, conocido como ‘El maratón de las arenas’, en pleno desierto del Sáhara.

“En éste he tratado de disfrutar de la prueba, más que de competir por acabar en los puestos más altos de la clasificación”, ha asegurado Abril, quien ha terminado en la posición 435, de 887 participantes, tras seis etapas de 33, 38, 38, 82, 42,2 y 17,5 kilómetros.

Tal es su dureza que todos los atletas tuvieron que portar silbatos, vengalas, bombas extractoras de veneno, mantas térmicas, espejos, anti insectos, etcétera, por si sufrían algún de percance. Aún así, 60 participantes tuvieron que abandonar.

Ángel Abril, que es uno de los 37 españoles que viajaron al Sáhara, ya tiene su mente puesta en varios eventos deportivos de este tipo, “ya que hay pruebas muy duras en otros países que me llaman mucho la atención, y me apetece poder estar en alguna de ellas”, ha asegurado.

El ceheginero Ángel Abril ha dado por concluida su experiencia de participar en una de las pruebas atléticas de ultrafondo más dura del mundo, el Maratón des Sables, conocido como ‘El maratón de las arenas’, en pleno desierto del Sáhara.

“En éste he tratado de disfrutar de la prueba, más que de competir por acabar en los puestos más altos de la clasificación”, ha asegurado Abril, quien ha terminado en la posición 435, de 887 participantes, tras seis etapas de 33, 38, 38, 82, 42,2 y 17,5 kilómetros.

Tal es su dureza que todos los atletas tuvieron que portar silbatos, vengalas, bombas extractoras de veneno, mantas térmicas, espejos, anti insectos, etcétera, por si sufrían algún de percance. Aún así, 60 participantes tuvieron que abandonar.

Ángel Abril, que es uno de los 37 españoles que viajaron al Sáhara, ya tiene su mente puesta en varios eventos deportivos de este tipo, “ya que hay pruebas muy duras en otros países que me llaman mucho la atención, y me apetece poder estar en alguna de ellas”, ha asegurado.

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El ceheginero Ángel Abril ha dado por concluida su experiencia de participar en una de las pruebas atléticas de ultrafondo más dura del mundo, el Maratón des Sables, conocido como ‘El maratón de las arenas’, en pleno desierto del Sáhara.

“En éste he tratado de disfrutar de la prueba, más que de competir por acabar en los puestos más altos de la clasificación”, ha asegurado Abril, quien ha terminado en la posición 435, de 887 participantes, tras seis etapas de 33, 38, 38, 82, 42,2 y 17,5 kilómetros.

Tal es su dureza que todos los atletas tuvieron que portar silbatos, vengalas, bombas extractoras de veneno, mantas térmicas, espejos, anti insectos, etcétera, por si sufrían algún de percance. Aún así, 60 participantes tuvieron que abandonar.

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El ceheginero Ángel Abril ha dado por concluida su experiencia de participar en una de las pruebas atléticas de ultrafondo más dura del mundo, el Maratón des Sables, conocido como ‘El maratón de las arenas’, en pleno desierto del Sáhara.

“En éste he tratado de disfrutar de la prueba, más que de competir por acabar en los puestos más altos de la clasificación”, ha asegurado Abril, quien ha terminado en la posición 435, de 887 participantes, tras seis etapas de 33, 38, 38, 82, 42,2 y 17,5 kilómetros.

Tal es su dureza que todos los atletas tuvieron que portar silbatos, vengalas, bombas extractoras de veneno, mantas térmicas, espejos, anti insectos, etcétera, por si sufrían algún de percance. Aún así, 60 participantes tuvieron que abandonar.

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El ceheginero Ángel Abril ha dado por concluida su experiencia de participar en una de las pruebas atléticas de ultrafondo más dura del mundo, el Maratón des Sables, conocido como ‘El maratón de las arenas’, en pleno desierto del Sáhara.

“En éste he tratado de disfrutar de la prueba, más que de competir por acabar en los puestos más altos de la clasificación”, ha asegurado Abril, quien ha terminado en la posición 435, de 887 participantes, tras seis etapas de 33, 38, 38, 82, 42,2 y 17,5 kilómetros.

Tal es su dureza que todos los atletas tuvieron que portar silbatos, vengalas, bombas extractoras de veneno, mantas térmicas, espejos, anti insectos, etcétera, por si sufrían algún de percance. Aún así, 60 participantes tuvieron que abandonar.

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“En éste he tratado de disfrutar de la prueba, más que de competir por acabar en los puestos más altos de la clasificación”, ha asegurado Abril, quien ha terminado en la posición 435, de 887 participantes, tras seis etapas de 33, 38, 38, 82, 42,2 y 17,5 kilómetros.

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“En éste he tratado de disfrutar de la prueba, más que de competir por acabar en los puestos más altos de la clasificación”, ha asegurado Abril, quien ha terminado en la posición 435, de 887 participantes, tras seis etapas de 33, 38, 38, 82, 42,2 y 17,5 kilómetros.

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“En éste he tratado de disfrutar de la prueba, más que de competir por acabar en los puestos más altos de la clasificación”, ha asegurado Abril, quien ha terminado en la posición 435, de 887 participantes, tras seis etapas de 33, 38, 38, 82, 42,2 y 17,5 kilómetros.

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“En éste he tratado de disfrutar de la prueba, más que de competir por acabar en los puestos más altos de la clasificación”, ha asegurado Abril, quien ha terminado en la posición 435, de 887 participantes, tras seis etapas de 33, 38, 38, 82, 42,2 y 17,5 kilómetros.

Tal es su dureza que todos los atletas tuvieron que portar silbatos, vengalas, bombas extractoras de veneno, mantas térmicas, espejos, anti insectos, etcétera, por si sufrían algún de percance. Aún así, 60 participantes tuvieron que abandonar.

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