Mensaje de Navidad del presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel

Un nuevo año
nos disponemos a conmemorar los entrañables días de la Navidad. Tiempo en
el que los buenos deseos, las múltiples esperanzas e ilusiones envuelven el
ambiente de toda nuestra Región, llegando a cualquiera de los rincones de la
misma.

Días en los
que las tradiciones que recordamos desde niños vuelven a nuestros oídos en
forma de villancicos y aguinaldos, en los cantos de las cuadrillas y los coros,
en la conmemoración festiva de las muchas celebraciones que nos disponemos a
vivir.

Es el momento
de volver a deleitarnos con la hermosa estética de los belenes murcianos, que
encontramos en lugares públicos y también, cómo no, en muchos hogares que
rememoran con ello una bella tradición. Una costumbre que hemos heredado de
nuestros mayores y en la que los artesanos de nuestra tierra han alcanzado, a
lo largo de los siglos, una más que merecida fama.

Signos de una
Navidad que llega y que encontramos también en las múltiples actividades que
nos brindan, en estos días, la oportunidad de vivir con nuestros seres queridos
una conmemoración que trasciende su mismo origen cristiano en un mensaje
universal de fraternidad.

No es fácil
entender la Navidad sin su fuerte componente familiar. Recordamos la ilusión
que vivimos siendo niños y cómo hemos visto esa misma satisfacción en los
rostros de aquellos otros niños que vinieron más tarde y que fueron creciendo
con nuestra ayuda y con nuestro consejo. Y en todo momento, y siempre, la
necesidad de sentarnos todos juntos para vivir idénticas emociones, los mismos
sentimientos, el permanente apoyo que encontramos en el seno de nuestras
familias.

En algunos
casos se echará de menos a quienes ya no se encuentran entre nosotros. Serán
momentos de innegable tristeza que, a buen seguro, se podrán superar con el
apoyo mutuo de todos los que recordamos con cariño a los ausentes.

También se
echará en falta a aquellos a los que el trabajo, los estudios o los múltiples
avatares de la vida han llevado a estar estos días a muchos kilómetros de
distancia. Personas que se emocionarán, estoy seguro, al recibir en estas
fechas las muestras de cariño de quienes los tenemos presentes en nuestro
pensamiento.

Querría
dedicar, en este contexto, un cariñoso y entrañable saludo a los muchos
murcianos que residen en el exterior, aquellos que, pese a la distancia, siguen
procurando hacer de su hogar un pedacito de Murcia en estos días, transmitiendo
a sus familiares, a sus amigos, los sabores y los sonidos tradicionales de la
Navidad murciana.

También a
quienes, por primera vez, viven estas fiestas con nosotros. A esos murcianos de
adopción que nos enriquecen con sus propias costumbres y que se sorprenden y
maravillan con las nuestras. Ellos también pasan estos días lejos de los suyos
y cuentan, y así quiero manifestarlo, con nuestro cariño y nuestra cercanía.

Son éstas unas
jornadas de renovadas esperanzas, pensando en el año que termina y en el que
vamos a comenzar en unos días. Un año en el que confío plenamente que podamos
asistir a avances en la lucha para erradicar de nuestra sociedad a los
violentos, que aún hoy siguen siendo capaces de quebrantar las más elementales
normas de convivencia. Lamentablemente, un año más, el duelo está también
presente en el balance de estos días. Y yo espero fervientemente que sea la
última vez.

Son días
también para repasar cuanto nos ha deparado el año que acaba y en el que debo
mostrar, una vez más, mi agradecimiento a los murcianos por su apoyo renovado a
la acción del Gobierno que presido.

Un respaldo
que nos permitirá seguir trabajando codo con codo con la sociedad, elaborando
nuevos proyectos encaminados a hacer, desde el diálogo y el consenso, que la
Región de Murcia siga siendo un lugar privilegiado para vivir.

También nos
permitirá seguir progresando y mantenernos una vez más, en la medida de lo
posible, en cabeza de las regiones españolas que más crecen, para ofrecer de
esta manera más y mejores servicios a todos los ciudadanos. Esperemos contar
para lograrlo con la colaboración de todos, y en el deseo, y la exigencia
también, de que lejos de negarnos recursos vitales para nuestro desarrollo, se
nos faciliten porque así, y no de otra forma, ha de entenderse la solidaridad
entre todos los españoles.

En todo ello
depositamos nuestras esperanzas y anhelos para el nuevo año. Ilusiones que
sumar a las propias de cada uno de los murcianos, a los que deseo de
corazón que, dentro de un año, volvamos
a hacer balance positivo cuando, nuevamente reunidos con nuestras familias, nos
dispongamos a celebrar la
próxima Navidad.


Que los
sentimientos de paz y prosperidad que ahora evocamos puedan ser vividos por
todos ustedes en cada uno de los días del año entrante.

Feliz Navidad
a todos.

Ramón
Luis Valcárcel Siso

Presidente
de la Comunidad
Autónoma de la Región de Murcia

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Mensaje de Navidad del presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel

Un nuevo año
nos disponemos a conmemorar los entrañables días de la Navidad. Tiempo en
el que los buenos deseos, las múltiples esperanzas e ilusiones envuelven el
ambiente de toda nuestra Región, llegando a cualquiera de los rincones de la
misma.

Días en los
que las tradiciones que recordamos desde niños vuelven a nuestros oídos en
forma de villancicos y aguinaldos, en los cantos de las cuadrillas y los coros,
en la conmemoración festiva de las muchas celebraciones que nos disponemos a
vivir.

Es el momento
de volver a deleitarnos con la hermosa estética de los belenes murcianos, que
encontramos en lugares públicos y también, cómo no, en muchos hogares que
rememoran con ello una bella tradición. Una costumbre que hemos heredado de
nuestros mayores y en la que los artesanos de nuestra tierra han alcanzado, a
lo largo de los siglos, una más que merecida fama.

Signos de una
Navidad que llega y que encontramos también en las múltiples actividades que
nos brindan, en estos días, la oportunidad de vivir con nuestros seres queridos
una conmemoración que trasciende su mismo origen cristiano en un mensaje
universal de fraternidad.

No es fácil
entender la Navidad sin su fuerte componente familiar. Recordamos la ilusión
que vivimos siendo niños y cómo hemos visto esa misma satisfacción en los
rostros de aquellos otros niños que vinieron más tarde y que fueron creciendo
con nuestra ayuda y con nuestro consejo. Y en todo momento, y siempre, la
necesidad de sentarnos todos juntos para vivir idénticas emociones, los mismos
sentimientos, el permanente apoyo que encontramos en el seno de nuestras
familias.

En algunos
casos se echará de menos a quienes ya no se encuentran entre nosotros. Serán
momentos de innegable tristeza que, a buen seguro, se podrán superar con el
apoyo mutuo de todos los que recordamos con cariño a los ausentes.

También se
echará en falta a aquellos a los que el trabajo, los estudios o los múltiples
avatares de la vida han llevado a estar estos días a muchos kilómetros de
distancia. Personas que se emocionarán, estoy seguro, al recibir en estas
fechas las muestras de cariño de quienes los tenemos presentes en nuestro
pensamiento.

Querría
dedicar, en este contexto, un cariñoso y entrañable saludo a los muchos
murcianos que residen en el exterior, aquellos que, pese a la distancia, siguen
procurando hacer de su hogar un pedacito de Murcia en estos días, transmitiendo
a sus familiares, a sus amigos, los sabores y los sonidos tradicionales de la
Navidad murciana.

También a
quienes, por primera vez, viven estas fiestas con nosotros. A esos murcianos de
adopción que nos enriquecen con sus propias costumbres y que se sorprenden y
maravillan con las nuestras. Ellos también pasan estos días lejos de los suyos
y cuentan, y así quiero manifestarlo, con nuestro cariño y nuestra cercanía.

Son éstas unas
jornadas de renovadas esperanzas, pensando en el año que termina y en el que
vamos a comenzar en unos días. Un año en el que confío plenamente que podamos
asistir a avances en la lucha para erradicar de nuestra sociedad a los
violentos, que aún hoy siguen siendo capaces de quebrantar las más elementales
normas de convivencia. Lamentablemente, un año más, el duelo está también
presente en el balance de estos días. Y yo espero fervientemente que sea la
última vez.

Son días
también para repasar cuanto nos ha deparado el año que acaba y en el que debo
mostrar, una vez más, mi agradecimiento a los murcianos por su apoyo renovado a
la acción del Gobierno que presido.

Un respaldo
que nos permitirá seguir trabajando codo con codo con la sociedad, elaborando
nuevos proyectos encaminados a hacer, desde el diálogo y el consenso, que la
Región de Murcia siga siendo un lugar privilegiado para vivir.

También nos
permitirá seguir progresando y mantenernos una vez más, en la medida de lo
posible, en cabeza de las regiones españolas que más crecen, para ofrecer de
esta manera más y mejores servicios a todos los ciudadanos. Esperemos contar
para lograrlo con la colaboración de todos, y en el deseo, y la exigencia
también, de que lejos de negarnos recursos vitales para nuestro desarrollo, se
nos faciliten porque así, y no de otra forma, ha de entenderse la solidaridad
entre todos los españoles.

En todo ello
depositamos nuestras esperanzas y anhelos para el nuevo año. Ilusiones que
sumar a las propias de cada uno de los murcianos, a los que deseo de
corazón que, dentro de un año, volvamos
a hacer balance positivo cuando, nuevamente reunidos con nuestras familias, nos
dispongamos a celebrar la
próxima Navidad.


Que los
sentimientos de paz y prosperidad que ahora evocamos puedan ser vividos por
todos ustedes en cada uno de los días del año entrante.

Feliz Navidad
a todos.

Ramón
Luis Valcárcel Siso

Presidente
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nos disponemos a conmemorar los entrañables días de la Navidad. Tiempo en
el que los buenos deseos, las múltiples esperanzas e ilusiones envuelven el
ambiente de toda nuestra Región, llegando a cualquiera de los rincones de la
misma.

Días en los
que las tradiciones que recordamos desde niños vuelven a nuestros oídos en
forma de villancicos y aguinaldos, en los cantos de las cuadrillas y los coros,
en la conmemoración festiva de las muchas celebraciones que nos disponemos a
vivir.

Es el momento
de volver a deleitarnos con la hermosa estética de los belenes murcianos, que
encontramos en lugares públicos y también, cómo no, en muchos hogares que
rememoran con ello una bella tradición. Una costumbre que hemos heredado de
nuestros mayores y en la que los artesanos de nuestra tierra han alcanzado, a
lo largo de los siglos, una más que merecida fama.

Signos de una
Navidad que llega y que encontramos también en las múltiples actividades que
nos brindan, en estos días, la oportunidad de vivir con nuestros seres queridos
una conmemoración que trasciende su mismo origen cristiano en un mensaje
universal de fraternidad.

No es fácil
entender la Navidad sin su fuerte componente familiar. Recordamos la ilusión
que vivimos siendo niños y cómo hemos visto esa misma satisfacción en los
rostros de aquellos otros niños que vinieron más tarde y que fueron creciendo
con nuestra ayuda y con nuestro consejo. Y en todo momento, y siempre, la
necesidad de sentarnos todos juntos para vivir idénticas emociones, los mismos
sentimientos, el permanente apoyo que encontramos en el seno de nuestras
familias.

En algunos
casos se echará de menos a quienes ya no se encuentran entre nosotros. Serán
momentos de innegable tristeza que, a buen seguro, se podrán superar con el
apoyo mutuo de todos los que recordamos con cariño a los ausentes.

También se
echará en falta a aquellos a los que el trabajo, los estudios o los múltiples
avatares de la vida han llevado a estar estos días a muchos kilómetros de
distancia. Personas que se emocionarán, estoy seguro, al recibir en estas
fechas las muestras de cariño de quienes los tenemos presentes en nuestro
pensamiento.

Querría
dedicar, en este contexto, un cariñoso y entrañable saludo a los muchos
murcianos que residen en el exterior, aquellos que, pese a la distancia, siguen
procurando hacer de su hogar un pedacito de Murcia en estos días, transmitiendo
a sus familiares, a sus amigos, los sabores y los sonidos tradicionales de la
Navidad murciana.

También a
quienes, por primera vez, viven estas fiestas con nosotros. A esos murcianos de
adopción que nos enriquecen con sus propias costumbres y que se sorprenden y
maravillan con las nuestras. Ellos también pasan estos días lejos de los suyos
y cuentan, y así quiero manifestarlo, con nuestro cariño y nuestra cercanía.

Son éstas unas
jornadas de renovadas esperanzas, pensando en el año que termina y en el que
vamos a comenzar en unos días. Un año en el que confío plenamente que podamos
asistir a avances en la lucha para erradicar de nuestra sociedad a los
violentos, que aún hoy siguen siendo capaces de quebrantar las más elementales
normas de convivencia. Lamentablemente, un año más, el duelo está también
presente en el balance de estos días. Y yo espero fervientemente que sea la
última vez.

Son días
también para repasar cuanto nos ha deparado el año que acaba y en el que debo
mostrar, una vez más, mi agradecimiento a los murcianos por su apoyo renovado a
la acción del Gobierno que presido.

Un respaldo
que nos permitirá seguir trabajando codo con codo con la sociedad, elaborando
nuevos proyectos encaminados a hacer, desde el diálogo y el consenso, que la
Región de Murcia siga siendo un lugar privilegiado para vivir.

También nos
permitirá seguir progresando y mantenernos una vez más, en la medida de lo
posible, en cabeza de las regiones españolas que más crecen, para ofrecer de
esta manera más y mejores servicios a todos los ciudadanos. Esperemos contar
para lograrlo con la colaboración de todos, y en el deseo, y la exigencia
también, de que lejos de negarnos recursos vitales para nuestro desarrollo, se
nos faciliten porque así, y no de otra forma, ha de entenderse la solidaridad
entre todos los españoles.

En todo ello
depositamos nuestras esperanzas y anhelos para el nuevo año. Ilusiones que
sumar a las propias de cada uno de los murcianos, a los que deseo de
corazón que, dentro de un año, volvamos
a hacer balance positivo cuando, nuevamente reunidos con nuestras familias, nos
dispongamos a celebrar la
próxima Navidad.


Que los
sentimientos de paz y prosperidad que ahora evocamos puedan ser vividos por
todos ustedes en cada uno de los días del año entrante.

Feliz Navidad
a todos.

Ramón
Luis Valcárcel Siso

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nos disponemos a conmemorar los entrañables días de la Navidad. Tiempo en
el que los buenos deseos, las múltiples esperanzas e ilusiones envuelven el
ambiente de toda nuestra Región, llegando a cualquiera de los rincones de la
misma.

Días en los
que las tradiciones que recordamos desde niños vuelven a nuestros oídos en
forma de villancicos y aguinaldos, en los cantos de las cuadrillas y los coros,
en la conmemoración festiva de las muchas celebraciones que nos disponemos a
vivir.

Es el momento
de volver a deleitarnos con la hermosa estética de los belenes murcianos, que
encontramos en lugares públicos y también, cómo no, en muchos hogares que
rememoran con ello una bella tradición. Una costumbre que hemos heredado de
nuestros mayores y en la que los artesanos de nuestra tierra han alcanzado, a
lo largo de los siglos, una más que merecida fama.

Signos de una
Navidad que llega y que encontramos también en las múltiples actividades que
nos brindan, en estos días, la oportunidad de vivir con nuestros seres queridos
una conmemoración que trasciende su mismo origen cristiano en un mensaje
universal de fraternidad.

No es fácil
entender la Navidad sin su fuerte componente familiar. Recordamos la ilusión
que vivimos siendo niños y cómo hemos visto esa misma satisfacción en los
rostros de aquellos otros niños que vinieron más tarde y que fueron creciendo
con nuestra ayuda y con nuestro consejo. Y en todo momento, y siempre, la
necesidad de sentarnos todos juntos para vivir idénticas emociones, los mismos
sentimientos, el permanente apoyo que encontramos en el seno de nuestras
familias.

En algunos
casos se echará de menos a quienes ya no se encuentran entre nosotros. Serán
momentos de innegable tristeza que, a buen seguro, se podrán superar con el
apoyo mutuo de todos los que recordamos con cariño a los ausentes.

También se
echará en falta a aquellos a los que el trabajo, los estudios o los múltiples
avatares de la vida han llevado a estar estos días a muchos kilómetros de
distancia. Personas que se emocionarán, estoy seguro, al recibir en estas
fechas las muestras de cariño de quienes los tenemos presentes en nuestro
pensamiento.

Querría
dedicar, en este contexto, un cariñoso y entrañable saludo a los muchos
murcianos que residen en el exterior, aquellos que, pese a la distancia, siguen
procurando hacer de su hogar un pedacito de Murcia en estos días, transmitiendo
a sus familiares, a sus amigos, los sabores y los sonidos tradicionales de la
Navidad murciana.

También a
quienes, por primera vez, viven estas fiestas con nosotros. A esos murcianos de
adopción que nos enriquecen con sus propias costumbres y que se sorprenden y
maravillan con las nuestras. Ellos también pasan estos días lejos de los suyos
y cuentan, y así quiero manifestarlo, con nuestro cariño y nuestra cercanía.

Son éstas unas
jornadas de renovadas esperanzas, pensando en el año que termina y en el que
vamos a comenzar en unos días. Un año en el que confío plenamente que podamos
asistir a avances en la lucha para erradicar de nuestra sociedad a los
violentos, que aún hoy siguen siendo capaces de quebrantar las más elementales
normas de convivencia. Lamentablemente, un año más, el duelo está también
presente en el balance de estos días. Y yo espero fervientemente que sea la
última vez.

Son días
también para repasar cuanto nos ha deparado el año que acaba y en el que debo
mostrar, una vez más, mi agradecimiento a los murcianos por su apoyo renovado a
la acción del Gobierno que presido.

Un respaldo
que nos permitirá seguir trabajando codo con codo con la sociedad, elaborando
nuevos proyectos encaminados a hacer, desde el diálogo y el consenso, que la
Región de Murcia siga siendo un lugar privilegiado para vivir.

También nos
permitirá seguir progresando y mantenernos una vez más, en la medida de lo
posible, en cabeza de las regiones españolas que más crecen, para ofrecer de
esta manera más y mejores servicios a todos los ciudadanos. Esperemos contar
para lograrlo con la colaboración de todos, y en el deseo, y la exigencia
también, de que lejos de negarnos recursos vitales para nuestro desarrollo, se
nos faciliten porque así, y no de otra forma, ha de entenderse la solidaridad
entre todos los españoles.

En todo ello
depositamos nuestras esperanzas y anhelos para el nuevo año. Ilusiones que
sumar a las propias de cada uno de los murcianos, a los que deseo de
corazón que, dentro de un año, volvamos
a hacer balance positivo cuando, nuevamente reunidos con nuestras familias, nos
dispongamos a celebrar la
próxima Navidad.


Que los
sentimientos de paz y prosperidad que ahora evocamos puedan ser vividos por
todos ustedes en cada uno de los días del año entrante.

Feliz Navidad
a todos.

Ramón
Luis Valcárcel Siso

Presidente
de la Comunidad
Autónoma de la Región de Murcia

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Un nuevo año
nos disponemos a conmemorar los entrañables días de la Navidad. Tiempo en
el que los buenos deseos, las múltiples esperanzas e ilusiones envuelven el
ambiente de toda nuestra Región, llegando a cualquiera de los rincones de la
misma.

Días en los
que las tradiciones que recordamos desde niños vuelven a nuestros oídos en
forma de villancicos y aguinaldos, en los cantos de las cuadrillas y los coros,
en la conmemoración festiva de las muchas celebraciones que nos disponemos a
vivir.

Es el momento
de volver a deleitarnos con la hermosa estética de los belenes murcianos, que
encontramos en lugares públicos y también, cómo no, en muchos hogares que
rememoran con ello una bella tradición. Una costumbre que hemos heredado de
nuestros mayores y en la que los artesanos de nuestra tierra han alcanzado, a
lo largo de los siglos, una más que merecida fama.

Signos de una
Navidad que llega y que encontramos también en las múltiples actividades que
nos brindan, en estos días, la oportunidad de vivir con nuestros seres queridos
una conmemoración que trasciende su mismo origen cristiano en un mensaje
universal de fraternidad.

No es fácil
entender la Navidad sin su fuerte componente familiar. Recordamos la ilusión
que vivimos siendo niños y cómo hemos visto esa misma satisfacción en los
rostros de aquellos otros niños que vinieron más tarde y que fueron creciendo
con nuestra ayuda y con nuestro consejo. Y en todo momento, y siempre, la
necesidad de sentarnos todos juntos para vivir idénticas emociones, los mismos
sentimientos, el permanente apoyo que encontramos en el seno de nuestras
familias.

En algunos
casos se echará de menos a quienes ya no se encuentran entre nosotros. Serán
momentos de innegable tristeza que, a buen seguro, se podrán superar con el
apoyo mutuo de todos los que recordamos con cariño a los ausentes.

También se
echará en falta a aquellos a los que el trabajo, los estudios o los múltiples
avatares de la vida han llevado a estar estos días a muchos kilómetros de
distancia. Personas que se emocionarán, estoy seguro, al recibir en estas
fechas las muestras de cariño de quienes los tenemos presentes en nuestro
pensamiento.

Querría
dedicar, en este contexto, un cariñoso y entrañable saludo a los muchos
murcianos que residen en el exterior, aquellos que, pese a la distancia, siguen
procurando hacer de su hogar un pedacito de Murcia en estos días, transmitiendo
a sus familiares, a sus amigos, los sabores y los sonidos tradicionales de la
Navidad murciana.

También a
quienes, por primera vez, viven estas fiestas con nosotros. A esos murcianos de
adopción que nos enriquecen con sus propias costumbres y que se sorprenden y
maravillan con las nuestras. Ellos también pasan estos días lejos de los suyos
y cuentan, y así quiero manifestarlo, con nuestro cariño y nuestra cercanía.

Son éstas unas
jornadas de renovadas esperanzas, pensando en el año que termina y en el que
vamos a comenzar en unos días. Un año en el que confío plenamente que podamos
asistir a avances en la lucha para erradicar de nuestra sociedad a los
violentos, que aún hoy siguen siendo capaces de quebrantar las más elementales
normas de convivencia. Lamentablemente, un año más, el duelo está también
presente en el balance de estos días. Y yo espero fervientemente que sea la
última vez.

Son días
también para repasar cuanto nos ha deparado el año que acaba y en el que debo
mostrar, una vez más, mi agradecimiento a los murcianos por su apoyo renovado a
la acción del Gobierno que presido.

Un respaldo
que nos permitirá seguir trabajando codo con codo con la sociedad, elaborando
nuevos proyectos encaminados a hacer, desde el diálogo y el consenso, que la
Región de Murcia siga siendo un lugar privilegiado para vivir.

También nos
permitirá seguir progresando y mantenernos una vez más, en la medida de lo
posible, en cabeza de las regiones españolas que más crecen, para ofrecer de
esta manera más y mejores servicios a todos los ciudadanos. Esperemos contar
para lograrlo con la colaboración de todos, y en el deseo, y la exigencia
también, de que lejos de negarnos recursos vitales para nuestro desarrollo, se
nos faciliten porque así, y no de otra forma, ha de entenderse la solidaridad
entre todos los españoles.

En todo ello
depositamos nuestras esperanzas y anhelos para el nuevo año. Ilusiones que
sumar a las propias de cada uno de los murcianos, a los que deseo de
corazón que, dentro de un año, volvamos
a hacer balance positivo cuando, nuevamente reunidos con nuestras familias, nos
dispongamos a celebrar la
próxima Navidad.


Que los
sentimientos de paz y prosperidad que ahora evocamos puedan ser vividos por
todos ustedes en cada uno de los días del año entrante.

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Ramón
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nos disponemos a conmemorar los entrañables días de la Navidad. Tiempo en
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ambiente de toda nuestra Región, llegando a cualquiera de los rincones de la
misma.

Días en los
que las tradiciones que recordamos desde niños vuelven a nuestros oídos en
forma de villancicos y aguinaldos, en los cantos de las cuadrillas y los coros,
en la conmemoración festiva de las muchas celebraciones que nos disponemos a
vivir.

Es el momento
de volver a deleitarnos con la hermosa estética de los belenes murcianos, que
encontramos en lugares públicos y también, cómo no, en muchos hogares que
rememoran con ello una bella tradición. Una costumbre que hemos heredado de
nuestros mayores y en la que los artesanos de nuestra tierra han alcanzado, a
lo largo de los siglos, una más que merecida fama.

Signos de una
Navidad que llega y que encontramos también en las múltiples actividades que
nos brindan, en estos días, la oportunidad de vivir con nuestros seres queridos
una conmemoración que trasciende su mismo origen cristiano en un mensaje
universal de fraternidad.

No es fácil
entender la Navidad sin su fuerte componente familiar. Recordamos la ilusión
que vivimos siendo niños y cómo hemos visto esa misma satisfacción en los
rostros de aquellos otros niños que vinieron más tarde y que fueron creciendo
con nuestra ayuda y con nuestro consejo. Y en todo momento, y siempre, la
necesidad de sentarnos todos juntos para vivir idénticas emociones, los mismos
sentimientos, el permanente apoyo que encontramos en el seno de nuestras
familias.

En algunos
casos se echará de menos a quienes ya no se encuentran entre nosotros. Serán
momentos de innegable tristeza que, a buen seguro, se podrán superar con el
apoyo mutuo de todos los que recordamos con cariño a los ausentes.

También se
echará en falta a aquellos a los que el trabajo, los estudios o los múltiples
avatares de la vida han llevado a estar estos días a muchos kilómetros de
distancia. Personas que se emocionarán, estoy seguro, al recibir en estas
fechas las muestras de cariño de quienes los tenemos presentes en nuestro
pensamiento.

Querría
dedicar, en este contexto, un cariñoso y entrañable saludo a los muchos
murcianos que residen en el exterior, aquellos que, pese a la distancia, siguen
procurando hacer de su hogar un pedacito de Murcia en estos días, transmitiendo
a sus familiares, a sus amigos, los sabores y los sonidos tradicionales de la
Navidad murciana.

También a
quienes, por primera vez, viven estas fiestas con nosotros. A esos murcianos de
adopción que nos enriquecen con sus propias costumbres y que se sorprenden y
maravillan con las nuestras. Ellos también pasan estos días lejos de los suyos
y cuentan, y así quiero manifestarlo, con nuestro cariño y nuestra cercanía.

Son éstas unas
jornadas de renovadas esperanzas, pensando en el año que termina y en el que
vamos a comenzar en unos días. Un año en el que confío plenamente que podamos
asistir a avances en la lucha para erradicar de nuestra sociedad a los
violentos, que aún hoy siguen siendo capaces de quebrantar las más elementales
normas de convivencia. Lamentablemente, un año más, el duelo está también
presente en el balance de estos días. Y yo espero fervientemente que sea la
última vez.

Son días
también para repasar cuanto nos ha deparado el año que acaba y en el que debo
mostrar, una vez más, mi agradecimiento a los murcianos por su apoyo renovado a
la acción del Gobierno que presido.

Un respaldo
que nos permitirá seguir trabajando codo con codo con la sociedad, elaborando
nuevos proyectos encaminados a hacer, desde el diálogo y el consenso, que la
Región de Murcia siga siendo un lugar privilegiado para vivir.

También nos
permitirá seguir progresando y mantenernos una vez más, en la medida de lo
posible, en cabeza de las regiones españolas que más crecen, para ofrecer de
esta manera más y mejores servicios a todos los ciudadanos. Esperemos contar
para lograrlo con la colaboración de todos, y en el deseo, y la exigencia
también, de que lejos de negarnos recursos vitales para nuestro desarrollo, se
nos faciliten porque así, y no de otra forma, ha de entenderse la solidaridad
entre todos los españoles.

En todo ello
depositamos nuestras esperanzas y anhelos para el nuevo año. Ilusiones que
sumar a las propias de cada uno de los murcianos, a los que deseo de
corazón que, dentro de un año, volvamos
a hacer balance positivo cuando, nuevamente reunidos con nuestras familias, nos
dispongamos a celebrar la
próxima Navidad.


Que los
sentimientos de paz y prosperidad que ahora evocamos puedan ser vividos por
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Ramón
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ambiente de toda nuestra Región, llegando a cualquiera de los rincones de la
misma.

Días en los
que las tradiciones que recordamos desde niños vuelven a nuestros oídos en
forma de villancicos y aguinaldos, en los cantos de las cuadrillas y los coros,
en la conmemoración festiva de las muchas celebraciones que nos disponemos a
vivir.

Es el momento
de volver a deleitarnos con la hermosa estética de los belenes murcianos, que
encontramos en lugares públicos y también, cómo no, en muchos hogares que
rememoran con ello una bella tradición. Una costumbre que hemos heredado de
nuestros mayores y en la que los artesanos de nuestra tierra han alcanzado, a
lo largo de los siglos, una más que merecida fama.

Signos de una
Navidad que llega y que encontramos también en las múltiples actividades que
nos brindan, en estos días, la oportunidad de vivir con nuestros seres queridos
una conmemoración que trasciende su mismo origen cristiano en un mensaje
universal de fraternidad.

No es fácil
entender la Navidad sin su fuerte componente familiar. Recordamos la ilusión
que vivimos siendo niños y cómo hemos visto esa misma satisfacción en los
rostros de aquellos otros niños que vinieron más tarde y que fueron creciendo
con nuestra ayuda y con nuestro consejo. Y en todo momento, y siempre, la
necesidad de sentarnos todos juntos para vivir idénticas emociones, los mismos
sentimientos, el permanente apoyo que encontramos en el seno de nuestras
familias.

En algunos
casos se echará de menos a quienes ya no se encuentran entre nosotros. Serán
momentos de innegable tristeza que, a buen seguro, se podrán superar con el
apoyo mutuo de todos los que recordamos con cariño a los ausentes.

También se
echará en falta a aquellos a los que el trabajo, los estudios o los múltiples
avatares de la vida han llevado a estar estos días a muchos kilómetros de
distancia. Personas que se emocionarán, estoy seguro, al recibir en estas
fechas las muestras de cariño de quienes los tenemos presentes en nuestro
pensamiento.

Querría
dedicar, en este contexto, un cariñoso y entrañable saludo a los muchos
murcianos que residen en el exterior, aquellos que, pese a la distancia, siguen
procurando hacer de su hogar un pedacito de Murcia en estos días, transmitiendo
a sus familiares, a sus amigos, los sabores y los sonidos tradicionales de la
Navidad murciana.

También a
quienes, por primera vez, viven estas fiestas con nosotros. A esos murcianos de
adopción que nos enriquecen con sus propias costumbres y que se sorprenden y
maravillan con las nuestras. Ellos también pasan estos días lejos de los suyos
y cuentan, y así quiero manifestarlo, con nuestro cariño y nuestra cercanía.

Son éstas unas
jornadas de renovadas esperanzas, pensando en el año que termina y en el que
vamos a comenzar en unos días. Un año en el que confío plenamente que podamos
asistir a avances en la lucha para erradicar de nuestra sociedad a los
violentos, que aún hoy siguen siendo capaces de quebrantar las más elementales
normas de convivencia. Lamentablemente, un año más, el duelo está también
presente en el balance de estos días. Y yo espero fervientemente que sea la
última vez.

Son días
también para repasar cuanto nos ha deparado el año que acaba y en el que debo
mostrar, una vez más, mi agradecimiento a los murcianos por su apoyo renovado a
la acción del Gobierno que presido.

Un respaldo
que nos permitirá seguir trabajando codo con codo con la sociedad, elaborando
nuevos proyectos encaminados a hacer, desde el diálogo y el consenso, que la
Región de Murcia siga siendo un lugar privilegiado para vivir.

También nos
permitirá seguir progresando y mantenernos una vez más, en la medida de lo
posible, en cabeza de las regiones españolas que más crecen, para ofrecer de
esta manera más y mejores servicios a todos los ciudadanos. Esperemos contar
para lograrlo con la colaboración de todos, y en el deseo, y la exigencia
también, de que lejos de negarnos recursos vitales para nuestro desarrollo, se
nos faciliten porque así, y no de otra forma, ha de entenderse la solidaridad
entre todos los españoles.

En todo ello
depositamos nuestras esperanzas y anhelos para el nuevo año. Ilusiones que
sumar a las propias de cada uno de los murcianos, a los que deseo de
corazón que, dentro de un año, volvamos
a hacer balance positivo cuando, nuevamente reunidos con nuestras familias, nos
dispongamos a celebrar la
próxima Navidad.


Que los
sentimientos de paz y prosperidad que ahora evocamos puedan ser vividos por
todos ustedes en cada uno de los días del año entrante.

Feliz Navidad
a todos.

Ramón
Luis Valcárcel Siso

Presidente
de la Comunidad
Autónoma de la Región de Murcia

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(No será publicada)


Comentario:

Mensaje de Navidad del presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel

Un nuevo año
nos disponemos a conmemorar los entrañables días de la Navidad. Tiempo en
el que los buenos deseos, las múltiples esperanzas e ilusiones envuelven el
ambiente de toda nuestra Región, llegando a cualquiera de los rincones de la
misma.

Días en los
que las tradiciones que recordamos desde niños vuelven a nuestros oídos en
forma de villancicos y aguinaldos, en los cantos de las cuadrillas y los coros,
en la conmemoración festiva de las muchas celebraciones que nos disponemos a
vivir.

Es el momento
de volver a deleitarnos con la hermosa estética de los belenes murcianos, que
encontramos en lugares públicos y también, cómo no, en muchos hogares que
rememoran con ello una bella tradición. Una costumbre que hemos heredado de
nuestros mayores y en la que los artesanos de nuestra tierra han alcanzado, a
lo largo de los siglos, una más que merecida fama.

Signos de una
Navidad que llega y que encontramos también en las múltiples actividades que
nos brindan, en estos días, la oportunidad de vivir con nuestros seres queridos
una conmemoración que trasciende su mismo origen cristiano en un mensaje
universal de fraternidad.

No es fácil
entender la Navidad sin su fuerte componente familiar. Recordamos la ilusión
que vivimos siendo niños y cómo hemos visto esa misma satisfacción en los
rostros de aquellos otros niños que vinieron más tarde y que fueron creciendo
con nuestra ayuda y con nuestro consejo. Y en todo momento, y siempre, la
necesidad de sentarnos todos juntos para vivir idénticas emociones, los mismos
sentimientos, el permanente apoyo que encontramos en el seno de nuestras
familias.

En algunos
casos se echará de menos a quienes ya no se encuentran entre nosotros. Serán
momentos de innegable tristeza que, a buen seguro, se podrán superar con el
apoyo mutuo de todos los que recordamos con cariño a los ausentes.

También se
echará en falta a aquellos a los que el trabajo, los estudios o los múltiples
avatares de la vida han llevado a estar estos días a muchos kilómetros de
distancia. Personas que se emocionarán, estoy seguro, al recibir en estas
fechas las muestras de cariño de quienes los tenemos presentes en nuestro
pensamiento.

Querría
dedicar, en este contexto, un cariñoso y entrañable saludo a los muchos
murcianos que residen en el exterior, aquellos que, pese a la distancia, siguen
procurando hacer de su hogar un pedacito de Murcia en estos días, transmitiendo
a sus familiares, a sus amigos, los sabores y los sonidos tradicionales de la
Navidad murciana.

También a
quienes, por primera vez, viven estas fiestas con nosotros. A esos murcianos de
adopción que nos enriquecen con sus propias costumbres y que se sorprenden y
maravillan con las nuestras. Ellos también pasan estos días lejos de los suyos
y cuentan, y así quiero manifestarlo, con nuestro cariño y nuestra cercanía.

Son éstas unas
jornadas de renovadas esperanzas, pensando en el año que termina y en el que
vamos a comenzar en unos días. Un año en el que confío plenamente que podamos
asistir a avances en la lucha para erradicar de nuestra sociedad a los
violentos, que aún hoy siguen siendo capaces de quebrantar las más elementales
normas de convivencia. Lamentablemente, un año más, el duelo está también
presente en el balance de estos días. Y yo espero fervientemente que sea la
última vez.

Son días
también para repasar cuanto nos ha deparado el año que acaba y en el que debo
mostrar, una vez más, mi agradecimiento a los murcianos por su apoyo renovado a
la acción del Gobierno que presido.

Un respaldo
que nos permitirá seguir trabajando codo con codo con la sociedad, elaborando
nuevos proyectos encaminados a hacer, desde el diálogo y el consenso, que la
Región de Murcia siga siendo un lugar privilegiado para vivir.

También nos
permitirá seguir progresando y mantenernos una vez más, en la medida de lo
posible, en cabeza de las regiones españolas que más crecen, para ofrecer de
esta manera más y mejores servicios a todos los ciudadanos. Esperemos contar
para lograrlo con la colaboración de todos, y en el deseo, y la exigencia
también, de que lejos de negarnos recursos vitales para nuestro desarrollo, se
nos faciliten porque así, y no de otra forma, ha de entenderse la solidaridad
entre todos los españoles.

En todo ello
depositamos nuestras esperanzas y anhelos para el nuevo año. Ilusiones que
sumar a las propias de cada uno de los murcianos, a los que deseo de
corazón que, dentro de un año, volvamos
a hacer balance positivo cuando, nuevamente reunidos con nuestras familias, nos
dispongamos a celebrar la
próxima Navidad.


Que los
sentimientos de paz y prosperidad que ahora evocamos puedan ser vividos por
todos ustedes en cada uno de los días del año entrante.

Feliz Navidad
a todos.

Ramón
Luis Valcárcel Siso

Presidente
de la Comunidad
Autónoma de la Región de Murcia

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Un nuevo año
nos disponemos a conmemorar los entrañables días de la Navidad. Tiempo en
el que los buenos deseos, las múltiples esperanzas e ilusiones envuelven el
ambiente de toda nuestra Región, llegando a cualquiera de los rincones de la
misma.

Días en los
que las tradiciones que recordamos desde niños vuelven a nuestros oídos en
forma de villancicos y aguinaldos, en los cantos de las cuadrillas y los coros,
en la conmemoración festiva de las muchas celebraciones que nos disponemos a
vivir.

Es el momento
de volver a deleitarnos con la hermosa estética de los belenes murcianos, que
encontramos en lugares públicos y también, cómo no, en muchos hogares que
rememoran con ello una bella tradición. Una costumbre que hemos heredado de
nuestros mayores y en la que los artesanos de nuestra tierra han alcanzado, a
lo largo de los siglos, una más que merecida fama.

Signos de una
Navidad que llega y que encontramos también en las múltiples actividades que
nos brindan, en estos días, la oportunidad de vivir con nuestros seres queridos
una conmemoración que trasciende su mismo origen cristiano en un mensaje
universal de fraternidad.

No es fácil
entender la Navidad sin su fuerte componente familiar. Recordamos la ilusión
que vivimos siendo niños y cómo hemos visto esa misma satisfacción en los
rostros de aquellos otros niños que vinieron más tarde y que fueron creciendo
con nuestra ayuda y con nuestro consejo. Y en todo momento, y siempre, la
necesidad de sentarnos todos juntos para vivir idénticas emociones, los mismos
sentimientos, el permanente apoyo que encontramos en el seno de nuestras
familias.

En algunos
casos se echará de menos a quienes ya no se encuentran entre nosotros. Serán
momentos de innegable tristeza que, a buen seguro, se podrán superar con el
apoyo mutuo de todos los que recordamos con cariño a los ausentes.

También se
echará en falta a aquellos a los que el trabajo, los estudios o los múltiples
avatares de la vida han llevado a estar estos días a muchos kilómetros de
distancia. Personas que se emocionarán, estoy seguro, al recibir en estas
fechas las muestras de cariño de quienes los tenemos presentes en nuestro
pensamiento.

Querría
dedicar, en este contexto, un cariñoso y entrañable saludo a los muchos
murcianos que residen en el exterior, aquellos que, pese a la distancia, siguen
procurando hacer de su hogar un pedacito de Murcia en estos días, transmitiendo
a sus familiares, a sus amigos, los sabores y los sonidos tradicionales de la
Navidad murciana.

También a
quienes, por primera vez, viven estas fiestas con nosotros. A esos murcianos de
adopción que nos enriquecen con sus propias costumbres y que se sorprenden y
maravillan con las nuestras. Ellos también pasan estos días lejos de los suyos
y cuentan, y así quiero manifestarlo, con nuestro cariño y nuestra cercanía.

Son éstas unas
jornadas de renovadas esperanzas, pensando en el año que termina y en el que
vamos a comenzar en unos días. Un año en el que confío plenamente que podamos
asistir a avances en la lucha para erradicar de nuestra sociedad a los
violentos, que aún hoy siguen siendo capaces de quebrantar las más elementales
normas de convivencia. Lamentablemente, un año más, el duelo está también
presente en el balance de estos días. Y yo espero fervientemente que sea la
última vez.

Son días
también para repasar cuanto nos ha deparado el año que acaba y en el que debo
mostrar, una vez más, mi agradecimiento a los murcianos por su apoyo renovado a
la acción del Gobierno que presido.

Un respaldo
que nos permitirá seguir trabajando codo con codo con la sociedad, elaborando
nuevos proyectos encaminados a hacer, desde el diálogo y el consenso, que la
Región de Murcia siga siendo un lugar privilegiado para vivir.

También nos
permitirá seguir progresando y mantenernos una vez más, en la medida de lo
posible, en cabeza de las regiones españolas que más crecen, para ofrecer de
esta manera más y mejores servicios a todos los ciudadanos. Esperemos contar
para lograrlo con la colaboración de todos, y en el deseo, y la exigencia
también, de que lejos de negarnos recursos vitales para nuestro desarrollo, se
nos faciliten porque así, y no de otra forma, ha de entenderse la solidaridad
entre todos los españoles.

En todo ello
depositamos nuestras esperanzas y anhelos para el nuevo año. Ilusiones que
sumar a las propias de cada uno de los murcianos, a los que deseo de
corazón que, dentro de un año, volvamos
a hacer balance positivo cuando, nuevamente reunidos con nuestras familias, nos
dispongamos a celebrar la
próxima Navidad.


Que los
sentimientos de paz y prosperidad que ahora evocamos puedan ser vividos por
todos ustedes en cada uno de los días del año entrante.

Feliz Navidad
a todos.

Ramón
Luis Valcárcel Siso

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Autónoma de la Región de Murcia

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Un nuevo año
nos disponemos a conmemorar los entrañables días de la Navidad. Tiempo en
el que los buenos deseos, las múltiples esperanzas e ilusiones envuelven el
ambiente de toda nuestra Región, llegando a cualquiera de los rincones de la
misma.

Días en los
que las tradiciones que recordamos desde niños vuelven a nuestros oídos en
forma de villancicos y aguinaldos, en los cantos de las cuadrillas y los coros,
en la conmemoración festiva de las muchas celebraciones que nos disponemos a
vivir.

Es el momento
de volver a deleitarnos con la hermosa estética de los belenes murcianos, que
encontramos en lugares públicos y también, cómo no, en muchos hogares que
rememoran con ello una bella tradición. Una costumbre que hemos heredado de
nuestros mayores y en la que los artesanos de nuestra tierra han alcanzado, a
lo largo de los siglos, una más que merecida fama.

Signos de una
Navidad que llega y que encontramos también en las múltiples actividades que
nos brindan, en estos días, la oportunidad de vivir con nuestros seres queridos
una conmemoración que trasciende su mismo origen cristiano en un mensaje
universal de fraternidad.

No es fácil
entender la Navidad sin su fuerte componente familiar. Recordamos la ilusión
que vivimos siendo niños y cómo hemos visto esa misma satisfacción en los
rostros de aquellos otros niños que vinieron más tarde y que fueron creciendo
con nuestra ayuda y con nuestro consejo. Y en todo momento, y siempre, la
necesidad de sentarnos todos juntos para vivir idénticas emociones, los mismos
sentimientos, el permanente apoyo que encontramos en el seno de nuestras
familias.

En algunos
casos se echará de menos a quienes ya no se encuentran entre nosotros. Serán
momentos de innegable tristeza que, a buen seguro, se podrán superar con el
apoyo mutuo de todos los que recordamos con cariño a los ausentes.

También se
echará en falta a aquellos a los que el trabajo, los estudios o los múltiples
avatares de la vida han llevado a estar estos días a muchos kilómetros de
distancia. Personas que se emocionarán, estoy seguro, al recibir en estas
fechas las muestras de cariño de quienes los tenemos presentes en nuestro
pensamiento.

Querría
dedicar, en este contexto, un cariñoso y entrañable saludo a los muchos
murcianos que residen en el exterior, aquellos que, pese a la distancia, siguen
procurando hacer de su hogar un pedacito de Murcia en estos días, transmitiendo
a sus familiares, a sus amigos, los sabores y los sonidos tradicionales de la
Navidad murciana.

También a
quienes, por primera vez, viven estas fiestas con nosotros. A esos murcianos de
adopción que nos enriquecen con sus propias costumbres y que se sorprenden y
maravillan con las nuestras. Ellos también pasan estos días lejos de los suyos
y cuentan, y así quiero manifestarlo, con nuestro cariño y nuestra cercanía.

Son éstas unas
jornadas de renovadas esperanzas, pensando en el año que termina y en el que
vamos a comenzar en unos días. Un año en el que confío plenamente que podamos
asistir a avances en la lucha para erradicar de nuestra sociedad a los
violentos, que aún hoy siguen siendo capaces de quebrantar las más elementales
normas de convivencia. Lamentablemente, un año más, el duelo está también
presente en el balance de estos días. Y yo espero fervientemente que sea la
última vez.

Son días
también para repasar cuanto nos ha deparado el año que acaba y en el que debo
mostrar, una vez más, mi agradecimiento a los murcianos por su apoyo renovado a
la acción del Gobierno que presido.

Un respaldo
que nos permitirá seguir trabajando codo con codo con la sociedad, elaborando
nuevos proyectos encaminados a hacer, desde el diálogo y el consenso, que la
Región de Murcia siga siendo un lugar privilegiado para vivir.

También nos
permitirá seguir progresando y mantenernos una vez más, en la medida de lo
posible, en cabeza de las regiones españolas que más crecen, para ofrecer de
esta manera más y mejores servicios a todos los ciudadanos. Esperemos contar
para lograrlo con la colaboración de todos, y en el deseo, y la exigencia
también, de que lejos de negarnos recursos vitales para nuestro desarrollo, se
nos faciliten porque así, y no de otra forma, ha de entenderse la solidaridad
entre todos los españoles.

En todo ello
depositamos nuestras esperanzas y anhelos para el nuevo año. Ilusiones que
sumar a las propias de cada uno de los murcianos, a los que deseo de
corazón que, dentro de un año, volvamos
a hacer balance positivo cuando, nuevamente reunidos con nuestras familias, nos
dispongamos a celebrar la
próxima Navidad.


Que los
sentimientos de paz y prosperidad que ahora evocamos puedan ser vividos por
todos ustedes en cada uno de los días del año entrante.

Feliz Navidad
a todos.

Ramón
Luis Valcárcel Siso

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Un nuevo año
nos disponemos a conmemorar los entrañables días de la Navidad. Tiempo en
el que los buenos deseos, las múltiples esperanzas e ilusiones envuelven el
ambiente de toda nuestra Región, llegando a cualquiera de los rincones de la
misma.

Días en los
que las tradiciones que recordamos desde niños vuelven a nuestros oídos en
forma de villancicos y aguinaldos, en los cantos de las cuadrillas y los coros,
en la conmemoración festiva de las muchas celebraciones que nos disponemos a
vivir.

Es el momento
de volver a deleitarnos con la hermosa estética de los belenes murcianos, que
encontramos en lugares públicos y también, cómo no, en muchos hogares que
rememoran con ello una bella tradición. Una costumbre que hemos heredado de
nuestros mayores y en la que los artesanos de nuestra tierra han alcanzado, a
lo largo de los siglos, una más que merecida fama.

Signos de una
Navidad que llega y que encontramos también en las múltiples actividades que
nos brindan, en estos días, la oportunidad de vivir con nuestros seres queridos
una conmemoración que trasciende su mismo origen cristiano en un mensaje
universal de fraternidad.

No es fácil
entender la Navidad sin su fuerte componente familiar. Recordamos la ilusión
que vivimos siendo niños y cómo hemos visto esa misma satisfacción en los
rostros de aquellos otros niños que vinieron más tarde y que fueron creciendo
con nuestra ayuda y con nuestro consejo. Y en todo momento, y siempre, la
necesidad de sentarnos todos juntos para vivir idénticas emociones, los mismos
sentimientos, el permanente apoyo que encontramos en el seno de nuestras
familias.

En algunos
casos se echará de menos a quienes ya no se encuentran entre nosotros. Serán
momentos de innegable tristeza que, a buen seguro, se podrán superar con el
apoyo mutuo de todos los que recordamos con cariño a los ausentes.

También se
echará en falta a aquellos a los que el trabajo, los estudios o los múltiples
avatares de la vida han llevado a estar estos días a muchos kilómetros de
distancia. Personas que se emocionarán, estoy seguro, al recibir en estas
fechas las muestras de cariño de quienes los tenemos presentes en nuestro
pensamiento.

Querría
dedicar, en este contexto, un cariñoso y entrañable saludo a los muchos
murcianos que residen en el exterior, aquellos que, pese a la distancia, siguen
procurando hacer de su hogar un pedacito de Murcia en estos días, transmitiendo
a sus familiares, a sus amigos, los sabores y los sonidos tradicionales de la
Navidad murciana.

También a
quienes, por primera vez, viven estas fiestas con nosotros. A esos murcianos de
adopción que nos enriquecen con sus propias costumbres y que se sorprenden y
maravillan con las nuestras. Ellos también pasan estos días lejos de los suyos
y cuentan, y así quiero manifestarlo, con nuestro cariño y nuestra cercanía.

Son éstas unas
jornadas de renovadas esperanzas, pensando en el año que termina y en el que
vamos a comenzar en unos días. Un año en el que confío plenamente que podamos
asistir a avances en la lucha para erradicar de nuestra sociedad a los
violentos, que aún hoy siguen siendo capaces de quebrantar las más elementales
normas de convivencia. Lamentablemente, un año más, el duelo está también
presente en el balance de estos días. Y yo espero fervientemente que sea la
última vez.

Son días
también para repasar cuanto nos ha deparado el año que acaba y en el que debo
mostrar, una vez más, mi agradecimiento a los murcianos por su apoyo renovado a
la acción del Gobierno que presido.

Un respaldo
que nos permitirá seguir trabajando codo con codo con la sociedad, elaborando
nuevos proyectos encaminados a hacer, desde el diálogo y el consenso, que la
Región de Murcia siga siendo un lugar privilegiado para vivir.

También nos
permitirá seguir progresando y mantenernos una vez más, en la medida de lo
posible, en cabeza de las regiones españolas que más crecen, para ofrecer de
esta manera más y mejores servicios a todos los ciudadanos. Esperemos contar
para lograrlo con la colaboración de todos, y en el deseo, y la exigencia
también, de que lejos de negarnos recursos vitales para nuestro desarrollo, se
nos faciliten porque así, y no de otra forma, ha de entenderse la solidaridad
entre todos los españoles.

En todo ello
depositamos nuestras esperanzas y anhelos para el nuevo año. Ilusiones que
sumar a las propias de cada uno de los murcianos, a los que deseo de
corazón que, dentro de un año, volvamos
a hacer balance positivo cuando, nuevamente reunidos con nuestras familias, nos
dispongamos a celebrar la
próxima Navidad.


Que los
sentimientos de paz y prosperidad que ahora evocamos puedan ser vividos por
todos ustedes en cada uno de los días del año entrante.

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a todos.

Ramón
Luis Valcárcel Siso

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Autónoma de la Región de Murcia

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Un nuevo año
nos disponemos a conmemorar los entrañables días de la Navidad. Tiempo en
el que los buenos deseos, las múltiples esperanzas e ilusiones envuelven el
ambiente de toda nuestra Región, llegando a cualquiera de los rincones de la
misma.

Días en los
que las tradiciones que recordamos desde niños vuelven a nuestros oídos en
forma de villancicos y aguinaldos, en los cantos de las cuadrillas y los coros,
en la conmemoración festiva de las muchas celebraciones que nos disponemos a
vivir.

Es el momento
de volver a deleitarnos con la hermosa estética de los belenes murcianos, que
encontramos en lugares públicos y también, cómo no, en muchos hogares que
rememoran con ello una bella tradición. Una costumbre que hemos heredado de
nuestros mayores y en la que los artesanos de nuestra tierra han alcanzado, a
lo largo de los siglos, una más que merecida fama.

Signos de una
Navidad que llega y que encontramos también en las múltiples actividades que
nos brindan, en estos días, la oportunidad de vivir con nuestros seres queridos
una conmemoración que trasciende su mismo origen cristiano en un mensaje
universal de fraternidad.

No es fácil
entender la Navidad sin su fuerte componente familiar. Recordamos la ilusión
que vivimos siendo niños y cómo hemos visto esa misma satisfacción en los
rostros de aquellos otros niños que vinieron más tarde y que fueron creciendo
con nuestra ayuda y con nuestro consejo. Y en todo momento, y siempre, la
necesidad de sentarnos todos juntos para vivir idénticas emociones, los mismos
sentimientos, el permanente apoyo que encontramos en el seno de nuestras
familias.

En algunos
casos se echará de menos a quienes ya no se encuentran entre nosotros. Serán
momentos de innegable tristeza que, a buen seguro, se podrán superar con el
apoyo mutuo de todos los que recordamos con cariño a los ausentes.

También se
echará en falta a aquellos a los que el trabajo, los estudios o los múltiples
avatares de la vida han llevado a estar estos días a muchos kilómetros de
distancia. Personas que se emocionarán, estoy seguro, al recibir en estas
fechas las muestras de cariño de quienes los tenemos presentes en nuestro
pensamiento.

Querría
dedicar, en este contexto, un cariñoso y entrañable saludo a los muchos
murcianos que residen en el exterior, aquellos que, pese a la distancia, siguen
procurando hacer de su hogar un pedacito de Murcia en estos días, transmitiendo
a sus familiares, a sus amigos, los sabores y los sonidos tradicionales de la
Navidad murciana.

También a
quienes, por primera vez, viven estas fiestas con nosotros. A esos murcianos de
adopción que nos enriquecen con sus propias costumbres y que se sorprenden y
maravillan con las nuestras. Ellos también pasan estos días lejos de los suyos
y cuentan, y así quiero manifestarlo, con nuestro cariño y nuestra cercanía.

Son éstas unas
jornadas de renovadas esperanzas, pensando en el año que termina y en el que
vamos a comenzar en unos días. Un año en el que confío plenamente que podamos
asistir a avances en la lucha para erradicar de nuestra sociedad a los
violentos, que aún hoy siguen siendo capaces de quebrantar las más elementales
normas de convivencia. Lamentablemente, un año más, el duelo está también
presente en el balance de estos días. Y yo espero fervientemente que sea la
última vez.

Son días
también para repasar cuanto nos ha deparado el año que acaba y en el que debo
mostrar, una vez más, mi agradecimiento a los murcianos por su apoyo renovado a
la acción del Gobierno que presido.

Un respaldo
que nos permitirá seguir trabajando codo con codo con la sociedad, elaborando
nuevos proyectos encaminados a hacer, desde el diálogo y el consenso, que la
Región de Murcia siga siendo un lugar privilegiado para vivir.

También nos
permitirá seguir progresando y mantenernos una vez más, en la medida de lo
posible, en cabeza de las regiones españolas que más crecen, para ofrecer de
esta manera más y mejores servicios a todos los ciudadanos. Esperemos contar
para lograrlo con la colaboración de todos, y en el deseo, y la exigencia
también, de que lejos de negarnos recursos vitales para nuestro desarrollo, se
nos faciliten porque así, y no de otra forma, ha de entenderse la solidaridad
entre todos los españoles.

En todo ello
depositamos nuestras esperanzas y anhelos para el nuevo año. Ilusiones que
sumar a las propias de cada uno de los murcianos, a los que deseo de
corazón que, dentro de un año, volvamos
a hacer balance positivo cuando, nuevamente reunidos con nuestras familias, nos
dispongamos a celebrar la
próxima Navidad.


Que los
sentimientos de paz y prosperidad que ahora evocamos puedan ser vividos por
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Un nuevo año
nos disponemos a conmemorar los entrañables días de la Navidad. Tiempo en
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ambiente de toda nuestra Región, llegando a cualquiera de los rincones de la
misma.

Días en los
que las tradiciones que recordamos desde niños vuelven a nuestros oídos en
forma de villancicos y aguinaldos, en los cantos de las cuadrillas y los coros,
en la conmemoración festiva de las muchas celebraciones que nos disponemos a
vivir.

Es el momento
de volver a deleitarnos con la hermosa estética de los belenes murcianos, que
encontramos en lugares públicos y también, cómo no, en muchos hogares que
rememoran con ello una bella tradición. Una costumbre que hemos heredado de
nuestros mayores y en la que los artesanos de nuestra tierra han alcanzado, a
lo largo de los siglos, una más que merecida fama.

Signos de una
Navidad que llega y que encontramos también en las múltiples actividades que
nos brindan, en estos días, la oportunidad de vivir con nuestros seres queridos
una conmemoración que trasciende su mismo origen cristiano en un mensaje
universal de fraternidad.

No es fácil
entender la Navidad sin su fuerte componente familiar. Recordamos la ilusión
que vivimos siendo niños y cómo hemos visto esa misma satisfacción en los
rostros de aquellos otros niños que vinieron más tarde y que fueron creciendo
con nuestra ayuda y con nuestro consejo. Y en todo momento, y siempre, la
necesidad de sentarnos todos juntos para vivir idénticas emociones, los mismos
sentimientos, el permanente apoyo que encontramos en el seno de nuestras
familias.

En algunos
casos se echará de menos a quienes ya no se encuentran entre nosotros. Serán
momentos de innegable tristeza que, a buen seguro, se podrán superar con el
apoyo mutuo de todos los que recordamos con cariño a los ausentes.

También se
echará en falta a aquellos a los que el trabajo, los estudios o los múltiples
avatares de la vida han llevado a estar estos días a muchos kilómetros de
distancia. Personas que se emocionarán, estoy seguro, al recibir en estas
fechas las muestras de cariño de quienes los tenemos presentes en nuestro
pensamiento.

Querría
dedicar, en este contexto, un cariñoso y entrañable saludo a los muchos
murcianos que residen en el exterior, aquellos que, pese a la distancia, siguen
procurando hacer de su hogar un pedacito de Murcia en estos días, transmitiendo
a sus familiares, a sus amigos, los sabores y los sonidos tradicionales de la
Navidad murciana.

También a
quienes, por primera vez, viven estas fiestas con nosotros. A esos murcianos de
adopción que nos enriquecen con sus propias costumbres y que se sorprenden y
maravillan con las nuestras. Ellos también pasan estos días lejos de los suyos
y cuentan, y así quiero manifestarlo, con nuestro cariño y nuestra cercanía.

Son éstas unas
jornadas de renovadas esperanzas, pensando en el año que termina y en el que
vamos a comenzar en unos días. Un año en el que confío plenamente que podamos
asistir a avances en la lucha para erradicar de nuestra sociedad a los
violentos, que aún hoy siguen siendo capaces de quebrantar las más elementales
normas de convivencia. Lamentablemente, un año más, el duelo está también
presente en el balance de estos días. Y yo espero fervientemente que sea la
última vez.

Son días
también para repasar cuanto nos ha deparado el año que acaba y en el que debo
mostrar, una vez más, mi agradecimiento a los murcianos por su apoyo renovado a
la acción del Gobierno que presido.

Un respaldo
que nos permitirá seguir trabajando codo con codo con la sociedad, elaborando
nuevos proyectos encaminados a hacer, desde el diálogo y el consenso, que la
Región de Murcia siga siendo un lugar privilegiado para vivir.

También nos
permitirá seguir progresando y mantenernos una vez más, en la medida de lo
posible, en cabeza de las regiones españolas que más crecen, para ofrecer de
esta manera más y mejores servicios a todos los ciudadanos. Esperemos contar
para lograrlo con la colaboración de todos, y en el deseo, y la exigencia
también, de que lejos de negarnos recursos vitales para nuestro desarrollo, se
nos faciliten porque así, y no de otra forma, ha de entenderse la solidaridad
entre todos los españoles.

En todo ello
depositamos nuestras esperanzas y anhelos para el nuevo año. Ilusiones que
sumar a las propias de cada uno de los murcianos, a los que deseo de
corazón que, dentro de un año, volvamos
a hacer balance positivo cuando, nuevamente reunidos con nuestras familias, nos
dispongamos a celebrar la
próxima Navidad.


Que los
sentimientos de paz y prosperidad que ahora evocamos puedan ser vividos por
todos ustedes en cada uno de los días del año entrante.

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nos disponemos a conmemorar los entrañables días de la Navidad. Tiempo en
el que los buenos deseos, las múltiples esperanzas e ilusiones envuelven el
ambiente de toda nuestra Región, llegando a cualquiera de los rincones de la
misma.

Días en los
que las tradiciones que recordamos desde niños vuelven a nuestros oídos en
forma de villancicos y aguinaldos, en los cantos de las cuadrillas y los coros,
en la conmemoración festiva de las muchas celebraciones que nos disponemos a
vivir.

Es el momento
de volver a deleitarnos con la hermosa estética de los belenes murcianos, que
encontramos en lugares públicos y también, cómo no, en muchos hogares que
rememoran con ello una bella tradición. Una costumbre que hemos heredado de
nuestros mayores y en la que los artesanos de nuestra tierra han alcanzado, a
lo largo de los siglos, una más que merecida fama.

Signos de una
Navidad que llega y que encontramos también en las múltiples actividades que
nos brindan, en estos días, la oportunidad de vivir con nuestros seres queridos
una conmemoración que trasciende su mismo origen cristiano en un mensaje
universal de fraternidad.

No es fácil
entender la Navidad sin su fuerte componente familiar. Recordamos la ilusión
que vivimos siendo niños y cómo hemos visto esa misma satisfacción en los
rostros de aquellos otros niños que vinieron más tarde y que fueron creciendo
con nuestra ayuda y con nuestro consejo. Y en todo momento, y siempre, la
necesidad de sentarnos todos juntos para vivir idénticas emociones, los mismos
sentimientos, el permanente apoyo que encontramos en el seno de nuestras
familias.

En algunos
casos se echará de menos a quienes ya no se encuentran entre nosotros. Serán
momentos de innegable tristeza que, a buen seguro, se podrán superar con el
apoyo mutuo de todos los que recordamos con cariño a los ausentes.

También se
echará en falta a aquellos a los que el trabajo, los estudios o los múltiples
avatares de la vida han llevado a estar estos días a muchos kilómetros de
distancia. Personas que se emocionarán, estoy seguro, al recibir en estas
fechas las muestras de cariño de quienes los tenemos presentes en nuestro
pensamiento.

Querría
dedicar, en este contexto, un cariñoso y entrañable saludo a los muchos
murcianos que residen en el exterior, aquellos que, pese a la distancia, siguen
procurando hacer de su hogar un pedacito de Murcia en estos días, transmitiendo
a sus familiares, a sus amigos, los sabores y los sonidos tradicionales de la
Navidad murciana.

También a
quienes, por primera vez, viven estas fiestas con nosotros. A esos murcianos de
adopción que nos enriquecen con sus propias costumbres y que se sorprenden y
maravillan con las nuestras. Ellos también pasan estos días lejos de los suyos
y cuentan, y así quiero manifestarlo, con nuestro cariño y nuestra cercanía.

Son éstas unas
jornadas de renovadas esperanzas, pensando en el año que termina y en el que
vamos a comenzar en unos días. Un año en el que confío plenamente que podamos
asistir a avances en la lucha para erradicar de nuestra sociedad a los
violentos, que aún hoy siguen siendo capaces de quebrantar las más elementales
normas de convivencia. Lamentablemente, un año más, el duelo está también
presente en el balance de estos días. Y yo espero fervientemente que sea la
última vez.

Son días
también para repasar cuanto nos ha deparado el año que acaba y en el que debo
mostrar, una vez más, mi agradecimiento a los murcianos por su apoyo renovado a
la acción del Gobierno que presido.

Un respaldo
que nos permitirá seguir trabajando codo con codo con la sociedad, elaborando
nuevos proyectos encaminados a hacer, desde el diálogo y el consenso, que la
Región de Murcia siga siendo un lugar privilegiado para vivir.

También nos
permitirá seguir progresando y mantenernos una vez más, en la medida de lo
posible, en cabeza de las regiones españolas que más crecen, para ofrecer de
esta manera más y mejores servicios a todos los ciudadanos. Esperemos contar
para lograrlo con la colaboración de todos, y en el deseo, y la exigencia
también, de que lejos de negarnos recursos vitales para nuestro desarrollo, se
nos faciliten porque así, y no de otra forma, ha de entenderse la solidaridad
entre todos los españoles.

En todo ello
depositamos nuestras esperanzas y anhelos para el nuevo año. Ilusiones que
sumar a las propias de cada uno de los murcianos, a los que deseo de
corazón que, dentro de un año, volvamos
a hacer balance positivo cuando, nuevamente reunidos con nuestras familias, nos
dispongamos a celebrar la
próxima Navidad.


Que los
sentimientos de paz y prosperidad que ahora evocamos puedan ser vividos por
todos ustedes en cada uno de los días del año entrante.

Feliz Navidad
a todos.

Ramón
Luis Valcárcel Siso

Presidente
de la Comunidad
Autónoma de la Región de Murcia

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