14 de Abril de 1912, una fecha imposible de olvidar

Se cumplen ahora 93 años de una de las mayores catástrofes. El 14 de abril de 1912 el hasta entonces trasatlántico más grande jamás construido por el hombre se hundía en las frías aguas del Océano Atlántico. Bautizado con el nombre del Titanic. Su constructor Thomas Andrews, lo catalogaba como el gran insumergible. En los muelles de Southampton y con 2,227 pasajeros a bordo, incluidos los más de 900 tripulantes, zarpaba capitaneado por el capitán Edward Smith, para emprender un viaje en el que tenía previsto cubrir la travesía Southampton-Nueva York en siete días. El Titanic además de grandioso, era el barco más lujoso del mundo, por ello se consideraba apto para las clases más ricas de la época que llegaron a pagar grandes sumas de dinero para poder viajar en él, otros en cambio lo tuvieron que hacer de distinta forma optando por viajar en tercera clase ya que sus recursos económicos no se lo permitían. ras sus primeros días de viaje por las aguas del Atlántico y a sólo dos días para llegar a su destino nada hacia presagiar lo que estaba por suceder.

Manteniendo el rumbo sin reducir su velocidad, entre los 22 y 24 nudos y pese a los telegramas que se recibieron el domingo, 14 de abril, de distintos barcos que se encontraban por la zona informándole para que disminuyera su velocidad porque se había detectado un inmenso banco de hielo del que se desprendían numerosos icebergs, los tripulantes del Titanic no hicieron demasiado caso a aquellos telegramas. Lamentablemente aquellos avisos que habían recibido se cumplieron y tras llegar la noche entre un cielo totalmente limpio donde se apreciaban miles de estrellas, divisaron a 500 metros un gran iceberg el cual se encontraba justo en el rumbo por el que viajaba el afirmado insumergible.

Pese a las esforzadas maniobras de retroceso nada se pudo hacer contra aquel gran iceberg que abrió una brecha en el casco del Titanic de 90 metros, permitiendo la entrada de 450 toneladas de agua por minuto. La tragedia desencadenó el caos sobre todos los viajeros y la tripulación, tan sólo 20 botes salvavidas frente a 2.227 personas; algo incomprensible ya que la estética era principal para el Titanic y haberle instalado más botes salvavidas sería antiestético según su constructor Thomas Andrews. En dos horas y cuarenta minutos que duró el hundimiento del gran coloso, la inmensa mayoría de pasajeros de primera clase pudieron salvarse a través de los botes salvavidas, pero tristemente muchos pasajeros de tercera clase se encontraron atrapados y no pudieron llegar a los botes salvavidas ya que unas puertas les impedían el paso, pese a ello algunos pudieron atravesar aquella puerta pero no pudieron subir a los botes salvavidas, Mientras tanto el gran trasatlántico se hundía lentamente a 400 millas de Terranova junto a 1622 personas, únicamente 605 pudieron sobrevivir a aquella dramática fecha que todavía hoy no podemos olvidar.

Juan Martínez González

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