EL ARCA DE NOÉ Y LA PALOMA DE LA PAZ.

Un día Dios viendo que la maldad del hombre era muy grande sobre toda la Tierra, y que todo el designio de su corazón tendía siempre y únicamente al mal, se arrempintío Dios de haber hecho al hombre en la Tierra, se dolió en su corazón, y dijo: Exterminaré de la haz de la Tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles y las aves del cielo, pues a Dios le pesaba de haber creado al hombre y que éste se hubiera desviado del verdadero camino de Dios. Pero Noé, que era un hombre justo y perfecto halló gracia a los ojos de Dios. Noé fue mandado por Dios para que creara el "Arca de Noé", Dios miró a la Tierra, y vió que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la Tierra. Dijo entonces Dios a Noé: He determinado de acabar con todos, ya que por causa de ellos la tierra está llena de violencia, y voy a exterminarlos a ellos con la Tierra. Entonces Dios mandó a Noé a construir un arca; el Arca de Noé. Éste fabricó el arca según Dios le dijo y en ella intrudujo a toda su familia y a todos los animales puros de la Tierra, de los cuales Dios le dijo que tomara consigo a siete parejas, macho y hembra de cada especie. También le dijo que tomara a todos los animales volatiles a siete parejas por especie, macho y hembra, para que así despues del diluvio que se avecinaba, pudiese de nuevo perpetuar su descendencia sobre toda la Tierra. Dios hizo llover sobre toda la Tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Tenía Noé por aquel entonces seiscientos años cuando vino el diluvio: las aguas sobre la Tierra. Entró Noé en el arca y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio. De todos los animales que Dios mandó a Noé estraron también en el arca.

El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rajaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Subieron las aguas y elevaron el arca, que se alzó sobre la Tierra. Crecieron las aguas y se multiplicaron mucho sobre la Tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Fueron aumentando cada vez más las aguas sobre la Tierra,y cubrieron los montes más altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por encima de los montes, y quedaron éstos completamente cubiertos. Toda carne que se movia sobre la Tierra pereció. Así fueron exterminados todos los seres existentes sobre la superficie de la Tierra, quedando sólo Noé y los que estaban con él en el arca. Y crecieron las aguas sobre la Tierra durante ciento cincuenta días.

Cuando cesó el diluvio Dios hizo pasar sobre toda la Tierra un viento y fueron decreciendo las aguas, hasta que en el mes séptimo, el día diecisiete, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la Tierra; pero no encontrando la paloma donde posar la planta de su pie, se volvió a él, al arca, porque las aguas continuaban sobre la superficie de toda la Tierra. Entonces extendió él su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja verde de olivo en su pico, por donde supo Noé que habían disminuido las aguas de sobre la Tierra. Espero aún otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió más a él. Después de esto todos salieron del arca y Dios bendijo a Noé y a sus hijos. Luego Dios estableció una alianza, diciendo: Ésta es la señal de la alianza que yo establezco entre mí y vosotros y entre todo ser viviente que está con vosotros, para todas las generaciones venideras: pongo mi arco en las nubes para señal de la alianza entre mí y la Tierra. Y cuando yo acumule nubes sobre la Tierra y aparezca entonces el arco en las nubes, recordaré la alianza, que existe entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas ya no se convertiran más en un diluvio que destruya toda carne. Estará el arco en las nubes y, al verlo, me acordaré de la alianza eterna entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la Tierra. Dijo Dios a Noé: Ésta es la señal de la alianza que establezco entre mí y toda carne que está sobre la Tierra.

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Un día Dios viendo que la maldad del hombre era muy grande sobre toda la Tierra, y que todo el designio de su corazón tendía siempre y únicamente al mal, se arrempintío Dios de haber hecho al hombre en la Tierra, se dolió en su corazón, y dijo: Exterminaré de la haz de la Tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles y las aves del cielo, pues a Dios le pesaba de haber creado al hombre y que éste se hubiera desviado del verdadero camino de Dios. Pero Noé, que era un hombre justo y perfecto halló gracia a los ojos de Dios. Noé fue mandado por Dios para que creara el "Arca de Noé", Dios miró a la Tierra, y vió que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la Tierra. Dijo entonces Dios a Noé: He determinado de acabar con todos, ya que por causa de ellos la tierra está llena de violencia, y voy a exterminarlos a ellos con la Tierra. Entonces Dios mandó a Noé a construir un arca; el Arca de Noé. Éste fabricó el arca según Dios le dijo y en ella intrudujo a toda su familia y a todos los animales puros de la Tierra, de los cuales Dios le dijo que tomara consigo a siete parejas, macho y hembra de cada especie. También le dijo que tomara a todos los animales volatiles a siete parejas por especie, macho y hembra, para que así despues del diluvio que se avecinaba, pudiese de nuevo perpetuar su descendencia sobre toda la Tierra. Dios hizo llover sobre toda la Tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Tenía Noé por aquel entonces seiscientos años cuando vino el diluvio: las aguas sobre la Tierra. Entró Noé en el arca y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio. De todos los animales que Dios mandó a Noé estraron también en el arca.

El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rajaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Subieron las aguas y elevaron el arca, que se alzó sobre la Tierra. Crecieron las aguas y se multiplicaron mucho sobre la Tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Fueron aumentando cada vez más las aguas sobre la Tierra,y cubrieron los montes más altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por encima de los montes, y quedaron éstos completamente cubiertos. Toda carne que se movia sobre la Tierra pereció. Así fueron exterminados todos los seres existentes sobre la superficie de la Tierra, quedando sólo Noé y los que estaban con él en el arca. Y crecieron las aguas sobre la Tierra durante ciento cincuenta días.

Cuando cesó el diluvio Dios hizo pasar sobre toda la Tierra un viento y fueron decreciendo las aguas, hasta que en el mes séptimo, el día diecisiete, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la Tierra; pero no encontrando la paloma donde posar la planta de su pie, se volvió a él, al arca, porque las aguas continuaban sobre la superficie de toda la Tierra. Entonces extendió él su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja verde de olivo en su pico, por donde supo Noé que habían disminuido las aguas de sobre la Tierra. Espero aún otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió más a él. Después de esto todos salieron del arca y Dios bendijo a Noé y a sus hijos. Luego Dios estableció una alianza, diciendo: Ésta es la señal de la alianza que yo establezco entre mí y vosotros y entre todo ser viviente que está con vosotros, para todas las generaciones venideras: pongo mi arco en las nubes para señal de la alianza entre mí y la Tierra. Y cuando yo acumule nubes sobre la Tierra y aparezca entonces el arco en las nubes, recordaré la alianza, que existe entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas ya no se convertiran más en un diluvio que destruya toda carne. Estará el arco en las nubes y, al verlo, me acordaré de la alianza eterna entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la Tierra. Dijo Dios a Noé: Ésta es la señal de la alianza que establezco entre mí y toda carne que está sobre la Tierra.

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El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rajaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Subieron las aguas y elevaron el arca, que se alzó sobre la Tierra. Crecieron las aguas y se multiplicaron mucho sobre la Tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Fueron aumentando cada vez más las aguas sobre la Tierra,y cubrieron los montes más altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por encima de los montes, y quedaron éstos completamente cubiertos. Toda carne que se movia sobre la Tierra pereció. Así fueron exterminados todos los seres existentes sobre la superficie de la Tierra, quedando sólo Noé y los que estaban con él en el arca. Y crecieron las aguas sobre la Tierra durante ciento cincuenta días.

Cuando cesó el diluvio Dios hizo pasar sobre toda la Tierra un viento y fueron decreciendo las aguas, hasta que en el mes séptimo, el día diecisiete, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la Tierra; pero no encontrando la paloma donde posar la planta de su pie, se volvió a él, al arca, porque las aguas continuaban sobre la superficie de toda la Tierra. Entonces extendió él su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja verde de olivo en su pico, por donde supo Noé que habían disminuido las aguas de sobre la Tierra. Espero aún otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió más a él. Después de esto todos salieron del arca y Dios bendijo a Noé y a sus hijos. Luego Dios estableció una alianza, diciendo: Ésta es la señal de la alianza que yo establezco entre mí y vosotros y entre todo ser viviente que está con vosotros, para todas las generaciones venideras: pongo mi arco en las nubes para señal de la alianza entre mí y la Tierra. Y cuando yo acumule nubes sobre la Tierra y aparezca entonces el arco en las nubes, recordaré la alianza, que existe entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas ya no se convertiran más en un diluvio que destruya toda carne. Estará el arco en las nubes y, al verlo, me acordaré de la alianza eterna entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la Tierra. Dijo Dios a Noé: Ésta es la señal de la alianza que establezco entre mí y toda carne que está sobre la Tierra.

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Un día Dios viendo que la maldad del hombre era muy grande sobre toda la Tierra, y que todo el designio de su corazón tendía siempre y únicamente al mal, se arrempintío Dios de haber hecho al hombre en la Tierra, se dolió en su corazón, y dijo: Exterminaré de la haz de la Tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles y las aves del cielo, pues a Dios le pesaba de haber creado al hombre y que éste se hubiera desviado del verdadero camino de Dios. Pero Noé, que era un hombre justo y perfecto halló gracia a los ojos de Dios. Noé fue mandado por Dios para que creara el "Arca de Noé", Dios miró a la Tierra, y vió que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la Tierra. Dijo entonces Dios a Noé: He determinado de acabar con todos, ya que por causa de ellos la tierra está llena de violencia, y voy a exterminarlos a ellos con la Tierra. Entonces Dios mandó a Noé a construir un arca; el Arca de Noé. Éste fabricó el arca según Dios le dijo y en ella intrudujo a toda su familia y a todos los animales puros de la Tierra, de los cuales Dios le dijo que tomara consigo a siete parejas, macho y hembra de cada especie. También le dijo que tomara a todos los animales volatiles a siete parejas por especie, macho y hembra, para que así despues del diluvio que se avecinaba, pudiese de nuevo perpetuar su descendencia sobre toda la Tierra. Dios hizo llover sobre toda la Tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Tenía Noé por aquel entonces seiscientos años cuando vino el diluvio: las aguas sobre la Tierra. Entró Noé en el arca y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio. De todos los animales que Dios mandó a Noé estraron también en el arca.

El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rajaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Subieron las aguas y elevaron el arca, que se alzó sobre la Tierra. Crecieron las aguas y se multiplicaron mucho sobre la Tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Fueron aumentando cada vez más las aguas sobre la Tierra,y cubrieron los montes más altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por encima de los montes, y quedaron éstos completamente cubiertos. Toda carne que se movia sobre la Tierra pereció. Así fueron exterminados todos los seres existentes sobre la superficie de la Tierra, quedando sólo Noé y los que estaban con él en el arca. Y crecieron las aguas sobre la Tierra durante ciento cincuenta días.

Cuando cesó el diluvio Dios hizo pasar sobre toda la Tierra un viento y fueron decreciendo las aguas, hasta que en el mes séptimo, el día diecisiete, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la Tierra; pero no encontrando la paloma donde posar la planta de su pie, se volvió a él, al arca, porque las aguas continuaban sobre la superficie de toda la Tierra. Entonces extendió él su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja verde de olivo en su pico, por donde supo Noé que habían disminuido las aguas de sobre la Tierra. Espero aún otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió más a él. Después de esto todos salieron del arca y Dios bendijo a Noé y a sus hijos. Luego Dios estableció una alianza, diciendo: Ésta es la señal de la alianza que yo establezco entre mí y vosotros y entre todo ser viviente que está con vosotros, para todas las generaciones venideras: pongo mi arco en las nubes para señal de la alianza entre mí y la Tierra. Y cuando yo acumule nubes sobre la Tierra y aparezca entonces el arco en las nubes, recordaré la alianza, que existe entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas ya no se convertiran más en un diluvio que destruya toda carne. Estará el arco en las nubes y, al verlo, me acordaré de la alianza eterna entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la Tierra. Dijo Dios a Noé: Ésta es la señal de la alianza que establezco entre mí y toda carne que está sobre la Tierra.

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Un día Dios viendo que la maldad del hombre era muy grande sobre toda la Tierra, y que todo el designio de su corazón tendía siempre y únicamente al mal, se arrempintío Dios de haber hecho al hombre en la Tierra, se dolió en su corazón, y dijo: Exterminaré de la haz de la Tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles y las aves del cielo, pues a Dios le pesaba de haber creado al hombre y que éste se hubiera desviado del verdadero camino de Dios. Pero Noé, que era un hombre justo y perfecto halló gracia a los ojos de Dios. Noé fue mandado por Dios para que creara el "Arca de Noé", Dios miró a la Tierra, y vió que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la Tierra. Dijo entonces Dios a Noé: He determinado de acabar con todos, ya que por causa de ellos la tierra está llena de violencia, y voy a exterminarlos a ellos con la Tierra. Entonces Dios mandó a Noé a construir un arca; el Arca de Noé. Éste fabricó el arca según Dios le dijo y en ella intrudujo a toda su familia y a todos los animales puros de la Tierra, de los cuales Dios le dijo que tomara consigo a siete parejas, macho y hembra de cada especie. También le dijo que tomara a todos los animales volatiles a siete parejas por especie, macho y hembra, para que así despues del diluvio que se avecinaba, pudiese de nuevo perpetuar su descendencia sobre toda la Tierra. Dios hizo llover sobre toda la Tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Tenía Noé por aquel entonces seiscientos años cuando vino el diluvio: las aguas sobre la Tierra. Entró Noé en el arca y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio. De todos los animales que Dios mandó a Noé estraron también en el arca.

El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rajaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Subieron las aguas y elevaron el arca, que se alzó sobre la Tierra. Crecieron las aguas y se multiplicaron mucho sobre la Tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Fueron aumentando cada vez más las aguas sobre la Tierra,y cubrieron los montes más altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por encima de los montes, y quedaron éstos completamente cubiertos. Toda carne que se movia sobre la Tierra pereció. Así fueron exterminados todos los seres existentes sobre la superficie de la Tierra, quedando sólo Noé y los que estaban con él en el arca. Y crecieron las aguas sobre la Tierra durante ciento cincuenta días.

Cuando cesó el diluvio Dios hizo pasar sobre toda la Tierra un viento y fueron decreciendo las aguas, hasta que en el mes séptimo, el día diecisiete, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la Tierra; pero no encontrando la paloma donde posar la planta de su pie, se volvió a él, al arca, porque las aguas continuaban sobre la superficie de toda la Tierra. Entonces extendió él su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja verde de olivo en su pico, por donde supo Noé que habían disminuido las aguas de sobre la Tierra. Espero aún otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió más a él. Después de esto todos salieron del arca y Dios bendijo a Noé y a sus hijos. Luego Dios estableció una alianza, diciendo: Ésta es la señal de la alianza que yo establezco entre mí y vosotros y entre todo ser viviente que está con vosotros, para todas las generaciones venideras: pongo mi arco en las nubes para señal de la alianza entre mí y la Tierra. Y cuando yo acumule nubes sobre la Tierra y aparezca entonces el arco en las nubes, recordaré la alianza, que existe entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas ya no se convertiran más en un diluvio que destruya toda carne. Estará el arco en las nubes y, al verlo, me acordaré de la alianza eterna entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la Tierra. Dijo Dios a Noé: Ésta es la señal de la alianza que establezco entre mí y toda carne que está sobre la Tierra.

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Un día Dios viendo que la maldad del hombre era muy grande sobre toda la Tierra, y que todo el designio de su corazón tendía siempre y únicamente al mal, se arrempintío Dios de haber hecho al hombre en la Tierra, se dolió en su corazón, y dijo: Exterminaré de la haz de la Tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles y las aves del cielo, pues a Dios le pesaba de haber creado al hombre y que éste se hubiera desviado del verdadero camino de Dios. Pero Noé, que era un hombre justo y perfecto halló gracia a los ojos de Dios. Noé fue mandado por Dios para que creara el "Arca de Noé", Dios miró a la Tierra, y vió que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la Tierra. Dijo entonces Dios a Noé: He determinado de acabar con todos, ya que por causa de ellos la tierra está llena de violencia, y voy a exterminarlos a ellos con la Tierra. Entonces Dios mandó a Noé a construir un arca; el Arca de Noé. Éste fabricó el arca según Dios le dijo y en ella intrudujo a toda su familia y a todos los animales puros de la Tierra, de los cuales Dios le dijo que tomara consigo a siete parejas, macho y hembra de cada especie. También le dijo que tomara a todos los animales volatiles a siete parejas por especie, macho y hembra, para que así despues del diluvio que se avecinaba, pudiese de nuevo perpetuar su descendencia sobre toda la Tierra. Dios hizo llover sobre toda la Tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Tenía Noé por aquel entonces seiscientos años cuando vino el diluvio: las aguas sobre la Tierra. Entró Noé en el arca y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio. De todos los animales que Dios mandó a Noé estraron también en el arca.

El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rajaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Subieron las aguas y elevaron el arca, que se alzó sobre la Tierra. Crecieron las aguas y se multiplicaron mucho sobre la Tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Fueron aumentando cada vez más las aguas sobre la Tierra,y cubrieron los montes más altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por encima de los montes, y quedaron éstos completamente cubiertos. Toda carne que se movia sobre la Tierra pereció. Así fueron exterminados todos los seres existentes sobre la superficie de la Tierra, quedando sólo Noé y los que estaban con él en el arca. Y crecieron las aguas sobre la Tierra durante ciento cincuenta días.

Cuando cesó el diluvio Dios hizo pasar sobre toda la Tierra un viento y fueron decreciendo las aguas, hasta que en el mes séptimo, el día diecisiete, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la Tierra; pero no encontrando la paloma donde posar la planta de su pie, se volvió a él, al arca, porque las aguas continuaban sobre la superficie de toda la Tierra. Entonces extendió él su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja verde de olivo en su pico, por donde supo Noé que habían disminuido las aguas de sobre la Tierra. Espero aún otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió más a él. Después de esto todos salieron del arca y Dios bendijo a Noé y a sus hijos. Luego Dios estableció una alianza, diciendo: Ésta es la señal de la alianza que yo establezco entre mí y vosotros y entre todo ser viviente que está con vosotros, para todas las generaciones venideras: pongo mi arco en las nubes para señal de la alianza entre mí y la Tierra. Y cuando yo acumule nubes sobre la Tierra y aparezca entonces el arco en las nubes, recordaré la alianza, que existe entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas ya no se convertiran más en un diluvio que destruya toda carne. Estará el arco en las nubes y, al verlo, me acordaré de la alianza eterna entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la Tierra. Dijo Dios a Noé: Ésta es la señal de la alianza que establezco entre mí y toda carne que está sobre la Tierra.

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Un día Dios viendo que la maldad del hombre era muy grande sobre toda la Tierra, y que todo el designio de su corazón tendía siempre y únicamente al mal, se arrempintío Dios de haber hecho al hombre en la Tierra, se dolió en su corazón, y dijo: Exterminaré de la haz de la Tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles y las aves del cielo, pues a Dios le pesaba de haber creado al hombre y que éste se hubiera desviado del verdadero camino de Dios. Pero Noé, que era un hombre justo y perfecto halló gracia a los ojos de Dios. Noé fue mandado por Dios para que creara el "Arca de Noé", Dios miró a la Tierra, y vió que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la Tierra. Dijo entonces Dios a Noé: He determinado de acabar con todos, ya que por causa de ellos la tierra está llena de violencia, y voy a exterminarlos a ellos con la Tierra. Entonces Dios mandó a Noé a construir un arca; el Arca de Noé. Éste fabricó el arca según Dios le dijo y en ella intrudujo a toda su familia y a todos los animales puros de la Tierra, de los cuales Dios le dijo que tomara consigo a siete parejas, macho y hembra de cada especie. También le dijo que tomara a todos los animales volatiles a siete parejas por especie, macho y hembra, para que así despues del diluvio que se avecinaba, pudiese de nuevo perpetuar su descendencia sobre toda la Tierra. Dios hizo llover sobre toda la Tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Tenía Noé por aquel entonces seiscientos años cuando vino el diluvio: las aguas sobre la Tierra. Entró Noé en el arca y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio. De todos los animales que Dios mandó a Noé estraron también en el arca.

El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rajaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Subieron las aguas y elevaron el arca, que se alzó sobre la Tierra. Crecieron las aguas y se multiplicaron mucho sobre la Tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Fueron aumentando cada vez más las aguas sobre la Tierra,y cubrieron los montes más altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por encima de los montes, y quedaron éstos completamente cubiertos. Toda carne que se movia sobre la Tierra pereció. Así fueron exterminados todos los seres existentes sobre la superficie de la Tierra, quedando sólo Noé y los que estaban con él en el arca. Y crecieron las aguas sobre la Tierra durante ciento cincuenta días.

Cuando cesó el diluvio Dios hizo pasar sobre toda la Tierra un viento y fueron decreciendo las aguas, hasta que en el mes séptimo, el día diecisiete, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la Tierra; pero no encontrando la paloma donde posar la planta de su pie, se volvió a él, al arca, porque las aguas continuaban sobre la superficie de toda la Tierra. Entonces extendió él su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja verde de olivo en su pico, por donde supo Noé que habían disminuido las aguas de sobre la Tierra. Espero aún otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió más a él. Después de esto todos salieron del arca y Dios bendijo a Noé y a sus hijos. Luego Dios estableció una alianza, diciendo: Ésta es la señal de la alianza que yo establezco entre mí y vosotros y entre todo ser viviente que está con vosotros, para todas las generaciones venideras: pongo mi arco en las nubes para señal de la alianza entre mí y la Tierra. Y cuando yo acumule nubes sobre la Tierra y aparezca entonces el arco en las nubes, recordaré la alianza, que existe entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas ya no se convertiran más en un diluvio que destruya toda carne. Estará el arco en las nubes y, al verlo, me acordaré de la alianza eterna entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la Tierra. Dijo Dios a Noé: Ésta es la señal de la alianza que establezco entre mí y toda carne que está sobre la Tierra.

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EL ARCA DE NOÉ Y LA PALOMA DE LA PAZ.

Un día Dios viendo que la maldad del hombre era muy grande sobre toda la Tierra, y que todo el designio de su corazón tendía siempre y únicamente al mal, se arrempintío Dios de haber hecho al hombre en la Tierra, se dolió en su corazón, y dijo: Exterminaré de la haz de la Tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles y las aves del cielo, pues a Dios le pesaba de haber creado al hombre y que éste se hubiera desviado del verdadero camino de Dios. Pero Noé, que era un hombre justo y perfecto halló gracia a los ojos de Dios. Noé fue mandado por Dios para que creara el "Arca de Noé", Dios miró a la Tierra, y vió que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la Tierra. Dijo entonces Dios a Noé: He determinado de acabar con todos, ya que por causa de ellos la tierra está llena de violencia, y voy a exterminarlos a ellos con la Tierra. Entonces Dios mandó a Noé a construir un arca; el Arca de Noé. Éste fabricó el arca según Dios le dijo y en ella intrudujo a toda su familia y a todos los animales puros de la Tierra, de los cuales Dios le dijo que tomara consigo a siete parejas, macho y hembra de cada especie. También le dijo que tomara a todos los animales volatiles a siete parejas por especie, macho y hembra, para que así despues del diluvio que se avecinaba, pudiese de nuevo perpetuar su descendencia sobre toda la Tierra. Dios hizo llover sobre toda la Tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Tenía Noé por aquel entonces seiscientos años cuando vino el diluvio: las aguas sobre la Tierra. Entró Noé en el arca y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio. De todos los animales que Dios mandó a Noé estraron también en el arca.

El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rajaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Subieron las aguas y elevaron el arca, que se alzó sobre la Tierra. Crecieron las aguas y se multiplicaron mucho sobre la Tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Fueron aumentando cada vez más las aguas sobre la Tierra,y cubrieron los montes más altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por encima de los montes, y quedaron éstos completamente cubiertos. Toda carne que se movia sobre la Tierra pereció. Así fueron exterminados todos los seres existentes sobre la superficie de la Tierra, quedando sólo Noé y los que estaban con él en el arca. Y crecieron las aguas sobre la Tierra durante ciento cincuenta días.

Cuando cesó el diluvio Dios hizo pasar sobre toda la Tierra un viento y fueron decreciendo las aguas, hasta que en el mes séptimo, el día diecisiete, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la Tierra; pero no encontrando la paloma donde posar la planta de su pie, se volvió a él, al arca, porque las aguas continuaban sobre la superficie de toda la Tierra. Entonces extendió él su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja verde de olivo en su pico, por donde supo Noé que habían disminuido las aguas de sobre la Tierra. Espero aún otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió más a él. Después de esto todos salieron del arca y Dios bendijo a Noé y a sus hijos. Luego Dios estableció una alianza, diciendo: Ésta es la señal de la alianza que yo establezco entre mí y vosotros y entre todo ser viviente que está con vosotros, para todas las generaciones venideras: pongo mi arco en las nubes para señal de la alianza entre mí y la Tierra. Y cuando yo acumule nubes sobre la Tierra y aparezca entonces el arco en las nubes, recordaré la alianza, que existe entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas ya no se convertiran más en un diluvio que destruya toda carne. Estará el arco en las nubes y, al verlo, me acordaré de la alianza eterna entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la Tierra. Dijo Dios a Noé: Ésta es la señal de la alianza que establezco entre mí y toda carne que está sobre la Tierra.

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Un día Dios viendo que la maldad del hombre era muy grande sobre toda la Tierra, y que todo el designio de su corazón tendía siempre y únicamente al mal, se arrempintío Dios de haber hecho al hombre en la Tierra, se dolió en su corazón, y dijo: Exterminaré de la haz de la Tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles y las aves del cielo, pues a Dios le pesaba de haber creado al hombre y que éste se hubiera desviado del verdadero camino de Dios. Pero Noé, que era un hombre justo y perfecto halló gracia a los ojos de Dios. Noé fue mandado por Dios para que creara el "Arca de Noé", Dios miró a la Tierra, y vió que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la Tierra. Dijo entonces Dios a Noé: He determinado de acabar con todos, ya que por causa de ellos la tierra está llena de violencia, y voy a exterminarlos a ellos con la Tierra. Entonces Dios mandó a Noé a construir un arca; el Arca de Noé. Éste fabricó el arca según Dios le dijo y en ella intrudujo a toda su familia y a todos los animales puros de la Tierra, de los cuales Dios le dijo que tomara consigo a siete parejas, macho y hembra de cada especie. También le dijo que tomara a todos los animales volatiles a siete parejas por especie, macho y hembra, para que así despues del diluvio que se avecinaba, pudiese de nuevo perpetuar su descendencia sobre toda la Tierra. Dios hizo llover sobre toda la Tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Tenía Noé por aquel entonces seiscientos años cuando vino el diluvio: las aguas sobre la Tierra. Entró Noé en el arca y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio. De todos los animales que Dios mandó a Noé estraron también en el arca.

El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rajaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Subieron las aguas y elevaron el arca, que se alzó sobre la Tierra. Crecieron las aguas y se multiplicaron mucho sobre la Tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Fueron aumentando cada vez más las aguas sobre la Tierra,y cubrieron los montes más altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por encima de los montes, y quedaron éstos completamente cubiertos. Toda carne que se movia sobre la Tierra pereció. Así fueron exterminados todos los seres existentes sobre la superficie de la Tierra, quedando sólo Noé y los que estaban con él en el arca. Y crecieron las aguas sobre la Tierra durante ciento cincuenta días.

Cuando cesó el diluvio Dios hizo pasar sobre toda la Tierra un viento y fueron decreciendo las aguas, hasta que en el mes séptimo, el día diecisiete, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la Tierra; pero no encontrando la paloma donde posar la planta de su pie, se volvió a él, al arca, porque las aguas continuaban sobre la superficie de toda la Tierra. Entonces extendió él su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja verde de olivo en su pico, por donde supo Noé que habían disminuido las aguas de sobre la Tierra. Espero aún otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió más a él. Después de esto todos salieron del arca y Dios bendijo a Noé y a sus hijos. Luego Dios estableció una alianza, diciendo: Ésta es la señal de la alianza que yo establezco entre mí y vosotros y entre todo ser viviente que está con vosotros, para todas las generaciones venideras: pongo mi arco en las nubes para señal de la alianza entre mí y la Tierra. Y cuando yo acumule nubes sobre la Tierra y aparezca entonces el arco en las nubes, recordaré la alianza, que existe entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas ya no se convertiran más en un diluvio que destruya toda carne. Estará el arco en las nubes y, al verlo, me acordaré de la alianza eterna entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la Tierra. Dijo Dios a Noé: Ésta es la señal de la alianza que establezco entre mí y toda carne que está sobre la Tierra.

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Un día Dios viendo que la maldad del hombre era muy grande sobre toda la Tierra, y que todo el designio de su corazón tendía siempre y únicamente al mal, se arrempintío Dios de haber hecho al hombre en la Tierra, se dolió en su corazón, y dijo: Exterminaré de la haz de la Tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles y las aves del cielo, pues a Dios le pesaba de haber creado al hombre y que éste se hubiera desviado del verdadero camino de Dios. Pero Noé, que era un hombre justo y perfecto halló gracia a los ojos de Dios. Noé fue mandado por Dios para que creara el "Arca de Noé", Dios miró a la Tierra, y vió que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la Tierra. Dijo entonces Dios a Noé: He determinado de acabar con todos, ya que por causa de ellos la tierra está llena de violencia, y voy a exterminarlos a ellos con la Tierra. Entonces Dios mandó a Noé a construir un arca; el Arca de Noé. Éste fabricó el arca según Dios le dijo y en ella intrudujo a toda su familia y a todos los animales puros de la Tierra, de los cuales Dios le dijo que tomara consigo a siete parejas, macho y hembra de cada especie. También le dijo que tomara a todos los animales volatiles a siete parejas por especie, macho y hembra, para que así despues del diluvio que se avecinaba, pudiese de nuevo perpetuar su descendencia sobre toda la Tierra. Dios hizo llover sobre toda la Tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Tenía Noé por aquel entonces seiscientos años cuando vino el diluvio: las aguas sobre la Tierra. Entró Noé en el arca y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio. De todos los animales que Dios mandó a Noé estraron también en el arca.

El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rajaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Subieron las aguas y elevaron el arca, que se alzó sobre la Tierra. Crecieron las aguas y se multiplicaron mucho sobre la Tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Fueron aumentando cada vez más las aguas sobre la Tierra,y cubrieron los montes más altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por encima de los montes, y quedaron éstos completamente cubiertos. Toda carne que se movia sobre la Tierra pereció. Así fueron exterminados todos los seres existentes sobre la superficie de la Tierra, quedando sólo Noé y los que estaban con él en el arca. Y crecieron las aguas sobre la Tierra durante ciento cincuenta días.

Cuando cesó el diluvio Dios hizo pasar sobre toda la Tierra un viento y fueron decreciendo las aguas, hasta que en el mes séptimo, el día diecisiete, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la Tierra; pero no encontrando la paloma donde posar la planta de su pie, se volvió a él, al arca, porque las aguas continuaban sobre la superficie de toda la Tierra. Entonces extendió él su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja verde de olivo en su pico, por donde supo Noé que habían disminuido las aguas de sobre la Tierra. Espero aún otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió más a él. Después de esto todos salieron del arca y Dios bendijo a Noé y a sus hijos. Luego Dios estableció una alianza, diciendo: Ésta es la señal de la alianza que yo establezco entre mí y vosotros y entre todo ser viviente que está con vosotros, para todas las generaciones venideras: pongo mi arco en las nubes para señal de la alianza entre mí y la Tierra. Y cuando yo acumule nubes sobre la Tierra y aparezca entonces el arco en las nubes, recordaré la alianza, que existe entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas ya no se convertiran más en un diluvio que destruya toda carne. Estará el arco en las nubes y, al verlo, me acordaré de la alianza eterna entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la Tierra. Dijo Dios a Noé: Ésta es la señal de la alianza que establezco entre mí y toda carne que está sobre la Tierra.

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Un día Dios viendo que la maldad del hombre era muy grande sobre toda la Tierra, y que todo el designio de su corazón tendía siempre y únicamente al mal, se arrempintío Dios de haber hecho al hombre en la Tierra, se dolió en su corazón, y dijo: Exterminaré de la haz de la Tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles y las aves del cielo, pues a Dios le pesaba de haber creado al hombre y que éste se hubiera desviado del verdadero camino de Dios. Pero Noé, que era un hombre justo y perfecto halló gracia a los ojos de Dios. Noé fue mandado por Dios para que creara el "Arca de Noé", Dios miró a la Tierra, y vió que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la Tierra. Dijo entonces Dios a Noé: He determinado de acabar con todos, ya que por causa de ellos la tierra está llena de violencia, y voy a exterminarlos a ellos con la Tierra. Entonces Dios mandó a Noé a construir un arca; el Arca de Noé. Éste fabricó el arca según Dios le dijo y en ella intrudujo a toda su familia y a todos los animales puros de la Tierra, de los cuales Dios le dijo que tomara consigo a siete parejas, macho y hembra de cada especie. También le dijo que tomara a todos los animales volatiles a siete parejas por especie, macho y hembra, para que así despues del diluvio que se avecinaba, pudiese de nuevo perpetuar su descendencia sobre toda la Tierra. Dios hizo llover sobre toda la Tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Tenía Noé por aquel entonces seiscientos años cuando vino el diluvio: las aguas sobre la Tierra. Entró Noé en el arca y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio. De todos los animales que Dios mandó a Noé estraron también en el arca.

El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rajaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Subieron las aguas y elevaron el arca, que se alzó sobre la Tierra. Crecieron las aguas y se multiplicaron mucho sobre la Tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Fueron aumentando cada vez más las aguas sobre la Tierra,y cubrieron los montes más altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por encima de los montes, y quedaron éstos completamente cubiertos. Toda carne que se movia sobre la Tierra pereció. Así fueron exterminados todos los seres existentes sobre la superficie de la Tierra, quedando sólo Noé y los que estaban con él en el arca. Y crecieron las aguas sobre la Tierra durante ciento cincuenta días.

Cuando cesó el diluvio Dios hizo pasar sobre toda la Tierra un viento y fueron decreciendo las aguas, hasta que en el mes séptimo, el día diecisiete, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la Tierra; pero no encontrando la paloma donde posar la planta de su pie, se volvió a él, al arca, porque las aguas continuaban sobre la superficie de toda la Tierra. Entonces extendió él su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja verde de olivo en su pico, por donde supo Noé que habían disminuido las aguas de sobre la Tierra. Espero aún otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió más a él. Después de esto todos salieron del arca y Dios bendijo a Noé y a sus hijos. Luego Dios estableció una alianza, diciendo: Ésta es la señal de la alianza que yo establezco entre mí y vosotros y entre todo ser viviente que está con vosotros, para todas las generaciones venideras: pongo mi arco en las nubes para señal de la alianza entre mí y la Tierra. Y cuando yo acumule nubes sobre la Tierra y aparezca entonces el arco en las nubes, recordaré la alianza, que existe entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas ya no se convertiran más en un diluvio que destruya toda carne. Estará el arco en las nubes y, al verlo, me acordaré de la alianza eterna entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la Tierra. Dijo Dios a Noé: Ésta es la señal de la alianza que establezco entre mí y toda carne que está sobre la Tierra.

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Un día Dios viendo que la maldad del hombre era muy grande sobre toda la Tierra, y que todo el designio de su corazón tendía siempre y únicamente al mal, se arrempintío Dios de haber hecho al hombre en la Tierra, se dolió en su corazón, y dijo: Exterminaré de la haz de la Tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles y las aves del cielo, pues a Dios le pesaba de haber creado al hombre y que éste se hubiera desviado del verdadero camino de Dios. Pero Noé, que era un hombre justo y perfecto halló gracia a los ojos de Dios. Noé fue mandado por Dios para que creara el "Arca de Noé", Dios miró a la Tierra, y vió que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la Tierra. Dijo entonces Dios a Noé: He determinado de acabar con todos, ya que por causa de ellos la tierra está llena de violencia, y voy a exterminarlos a ellos con la Tierra. Entonces Dios mandó a Noé a construir un arca; el Arca de Noé. Éste fabricó el arca según Dios le dijo y en ella intrudujo a toda su familia y a todos los animales puros de la Tierra, de los cuales Dios le dijo que tomara consigo a siete parejas, macho y hembra de cada especie. También le dijo que tomara a todos los animales volatiles a siete parejas por especie, macho y hembra, para que así despues del diluvio que se avecinaba, pudiese de nuevo perpetuar su descendencia sobre toda la Tierra. Dios hizo llover sobre toda la Tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Tenía Noé por aquel entonces seiscientos años cuando vino el diluvio: las aguas sobre la Tierra. Entró Noé en el arca y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio. De todos los animales que Dios mandó a Noé estraron también en el arca.

El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rajaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Subieron las aguas y elevaron el arca, que se alzó sobre la Tierra. Crecieron las aguas y se multiplicaron mucho sobre la Tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Fueron aumentando cada vez más las aguas sobre la Tierra,y cubrieron los montes más altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por encima de los montes, y quedaron éstos completamente cubiertos. Toda carne que se movia sobre la Tierra pereció. Así fueron exterminados todos los seres existentes sobre la superficie de la Tierra, quedando sólo Noé y los que estaban con él en el arca. Y crecieron las aguas sobre la Tierra durante ciento cincuenta días.

Cuando cesó el diluvio Dios hizo pasar sobre toda la Tierra un viento y fueron decreciendo las aguas, hasta que en el mes séptimo, el día diecisiete, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la Tierra; pero no encontrando la paloma donde posar la planta de su pie, se volvió a él, al arca, porque las aguas continuaban sobre la superficie de toda la Tierra. Entonces extendió él su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja verde de olivo en su pico, por donde supo Noé que habían disminuido las aguas de sobre la Tierra. Espero aún otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió más a él. Después de esto todos salieron del arca y Dios bendijo a Noé y a sus hijos. Luego Dios estableció una alianza, diciendo: Ésta es la señal de la alianza que yo establezco entre mí y vosotros y entre todo ser viviente que está con vosotros, para todas las generaciones venideras: pongo mi arco en las nubes para señal de la alianza entre mí y la Tierra. Y cuando yo acumule nubes sobre la Tierra y aparezca entonces el arco en las nubes, recordaré la alianza, que existe entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas ya no se convertiran más en un diluvio que destruya toda carne. Estará el arco en las nubes y, al verlo, me acordaré de la alianza eterna entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la Tierra. Dijo Dios a Noé: Ésta es la señal de la alianza que establezco entre mí y toda carne que está sobre la Tierra.

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Un día Dios viendo que la maldad del hombre era muy grande sobre toda la Tierra, y que todo el designio de su corazón tendía siempre y únicamente al mal, se arrempintío Dios de haber hecho al hombre en la Tierra, se dolió en su corazón, y dijo: Exterminaré de la haz de la Tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles y las aves del cielo, pues a Dios le pesaba de haber creado al hombre y que éste se hubiera desviado del verdadero camino de Dios. Pero Noé, que era un hombre justo y perfecto halló gracia a los ojos de Dios. Noé fue mandado por Dios para que creara el "Arca de Noé", Dios miró a la Tierra, y vió que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la Tierra. Dijo entonces Dios a Noé: He determinado de acabar con todos, ya que por causa de ellos la tierra está llena de violencia, y voy a exterminarlos a ellos con la Tierra. Entonces Dios mandó a Noé a construir un arca; el Arca de Noé. Éste fabricó el arca según Dios le dijo y en ella intrudujo a toda su familia y a todos los animales puros de la Tierra, de los cuales Dios le dijo que tomara consigo a siete parejas, macho y hembra de cada especie. También le dijo que tomara a todos los animales volatiles a siete parejas por especie, macho y hembra, para que así despues del diluvio que se avecinaba, pudiese de nuevo perpetuar su descendencia sobre toda la Tierra. Dios hizo llover sobre toda la Tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Tenía Noé por aquel entonces seiscientos años cuando vino el diluvio: las aguas sobre la Tierra. Entró Noé en el arca y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio. De todos los animales que Dios mandó a Noé estraron también en el arca.

El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rajaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Subieron las aguas y elevaron el arca, que se alzó sobre la Tierra. Crecieron las aguas y se multiplicaron mucho sobre la Tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Fueron aumentando cada vez más las aguas sobre la Tierra,y cubrieron los montes más altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por encima de los montes, y quedaron éstos completamente cubiertos. Toda carne que se movia sobre la Tierra pereció. Así fueron exterminados todos los seres existentes sobre la superficie de la Tierra, quedando sólo Noé y los que estaban con él en el arca. Y crecieron las aguas sobre la Tierra durante ciento cincuenta días.

Cuando cesó el diluvio Dios hizo pasar sobre toda la Tierra un viento y fueron decreciendo las aguas, hasta que en el mes séptimo, el día diecisiete, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la Tierra; pero no encontrando la paloma donde posar la planta de su pie, se volvió a él, al arca, porque las aguas continuaban sobre la superficie de toda la Tierra. Entonces extendió él su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja verde de olivo en su pico, por donde supo Noé que habían disminuido las aguas de sobre la Tierra. Espero aún otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió más a él. Después de esto todos salieron del arca y Dios bendijo a Noé y a sus hijos. Luego Dios estableció una alianza, diciendo: Ésta es la señal de la alianza que yo establezco entre mí y vosotros y entre todo ser viviente que está con vosotros, para todas las generaciones venideras: pongo mi arco en las nubes para señal de la alianza entre mí y la Tierra. Y cuando yo acumule nubes sobre la Tierra y aparezca entonces el arco en las nubes, recordaré la alianza, que existe entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas ya no se convertiran más en un diluvio que destruya toda carne. Estará el arco en las nubes y, al verlo, me acordaré de la alianza eterna entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la Tierra. Dijo Dios a Noé: Ésta es la señal de la alianza que establezco entre mí y toda carne que está sobre la Tierra.

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Un día Dios viendo que la maldad del hombre era muy grande sobre toda la Tierra, y que todo el designio de su corazón tendía siempre y únicamente al mal, se arrempintío Dios de haber hecho al hombre en la Tierra, se dolió en su corazón, y dijo: Exterminaré de la haz de la Tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta los animales domésticos, y hasta los reptiles y las aves del cielo, pues a Dios le pesaba de haber creado al hombre y que éste se hubiera desviado del verdadero camino de Dios. Pero Noé, que era un hombre justo y perfecto halló gracia a los ojos de Dios. Noé fue mandado por Dios para que creara el "Arca de Noé", Dios miró a la Tierra, y vió que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la Tierra. Dijo entonces Dios a Noé: He determinado de acabar con todos, ya que por causa de ellos la tierra está llena de violencia, y voy a exterminarlos a ellos con la Tierra. Entonces Dios mandó a Noé a construir un arca; el Arca de Noé. Éste fabricó el arca según Dios le dijo y en ella intrudujo a toda su familia y a todos los animales puros de la Tierra, de los cuales Dios le dijo que tomara consigo a siete parejas, macho y hembra de cada especie. También le dijo que tomara a todos los animales volatiles a siete parejas por especie, macho y hembra, para que así despues del diluvio que se avecinaba, pudiese de nuevo perpetuar su descendencia sobre toda la Tierra. Dios hizo llover sobre toda la Tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. Tenía Noé por aquel entonces seiscientos años cuando vino el diluvio: las aguas sobre la Tierra. Entró Noé en el arca y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, por causa de las aguas del diluvio. De todos los animales que Dios mandó a Noé estraron también en el arca.

El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día se rajaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Subieron las aguas y elevaron el arca, que se alzó sobre la Tierra. Crecieron las aguas y se multiplicaron mucho sobre la Tierra, y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas. Fueron aumentando cada vez más las aguas sobre la Tierra,y cubrieron los montes más altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por encima de los montes, y quedaron éstos completamente cubiertos. Toda carne que se movia sobre la Tierra pereció. Así fueron exterminados todos los seres existentes sobre la superficie de la Tierra, quedando sólo Noé y los que estaban con él en el arca. Y crecieron las aguas sobre la Tierra durante ciento cincuenta días.

Cuando cesó el diluvio Dios hizo pasar sobre toda la Tierra un viento y fueron decreciendo las aguas, hasta que en el mes séptimo, el día diecisiete, se posó el arca sobre los montes de Ararat. Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el día primero, aparecieron las cimas de los montes. Al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca, y soltó un cuervo, que salió y estuvo yendo y viniendo. Soltó después una paloma para ver si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la Tierra; pero no encontrando la paloma donde posar la planta de su pie, se volvió a él, al arca, porque las aguas continuaban sobre la superficie de toda la Tierra. Entonces extendió él su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y soltó de nuevo la paloma fuera del arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja verde de olivo en su pico, por donde supo Noé que habían disminuido las aguas de sobre la Tierra. Espero aún otros siete días, y soltó la paloma, que ya no volvió más a él. Después de esto todos salieron del arca y Dios bendijo a Noé y a sus hijos. Luego Dios estableció una alianza, diciendo: Ésta es la señal de la alianza que yo establezco entre mí y vosotros y entre todo ser viviente que está con vosotros, para todas las generaciones venideras: pongo mi arco en las nubes para señal de la alianza entre mí y la Tierra. Y cuando yo acumule nubes sobre la Tierra y aparezca entonces el arco en las nubes, recordaré la alianza, que existe entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y las aguas ya no se convertiran más en un diluvio que destruya toda carne. Estará el arco en las nubes y, al verlo, me acordaré de la alianza eterna entre Dios y todo ser viviente de toda carne que hay sobre la Tierra. Dijo Dios a Noé: Ésta es la señal de la alianza que establezco entre mí y toda carne que está sobre la Tierra.

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