LA MADRE MARAVILLAS.

La nueva Santa M. Maravillas de Jesús y Cehegín

Abraham Ruiz Jiménez

Cronista Oficial de Cehegín

El entonces senador vitalicio y ex diputado don Alfonso Chico de Guzmán y Belmonte y su esposa, doña Patricia Muñoz y Domínguez, levantaron en la calle Mayor una lujosa mansión en la que no faltaron piedras, columnas y fustes, procedentes del paraje de 'La Muela', estribaciones del Begastri episcopal, terrenos de su amplia propiedad. En esa casa nació la única hija del matrimonio: María Ana Cristina, el día 30 de abril de 1855, que fue bautizada en la aledaña Parroquia de Santa María Magdalena, apadrinada :aunque por representación- por doña Cristina de Borbón (ex reina Gobernadora) y su segundo esposo don Fernando M. Muñoz, Duque de Riansares.

A esa mansión regresaban, desde Madrid, frecuentemente, padres e hija y criados; años más tarde, doña Ana María Cristina con su esposo, don Luis Pidal y Mon, II Marqués de Pidal, y sus hijos. En una de tales visitas conoció el Sr. Marqués al Cura don José María Caparrós, del que quedó encantado y lo 'recomendó' al primer Obispo de Madrid-Alcalá, don Narciso Martínez Izquierdo, cuya Diócesis acababa de crearse (año de 1885), para ocupar una de las canonjías de la S.I. Catedral, de la que saldría siendo Arcipreste para ocupar el Obispado de Sigüenza (1896).

Como era sabido, don Luis Pidal fue Embajador de España ante la Santa Sede, y se llevó como Asesor al Arcipreste Caparrós; hubieron de regresar a Madrid para el alumbramiento por doña Cristina de su última hija, nuestra Madre Maravillas, que fue bautizada por el citado sacerdote, ya Prelado de Honor de S.S., como ahora se les conoce, en la Parroquia madrileña de San Sebastián.

La niña Maravillas Pidal y Chico de Guzmán, habitó en esa mansión de la calle Mayor, jugó en ella con las niñas de su edad y su tiempo, asistía a las solemnidades en la Parroquia de la Magdalena; -por cierto, tras de la bellísima restauración a que está siendo sometida habrá que pensar en colocar su efigie- y acompañó a su madre y abuela a las actividades sociales y caritativas que entonces se usaban.

Como la familia Pidal-Chico de Guzmán incidió en ir más a Carrascalejo, la citada casa fue vendida a la Condesa Viuda de Campillos, hermana de don Alfonso, para el enlace de su hijo Dn. Diego, IV Conde de la Real Piedad, por lo que es conocida como 'de los Condes de Arriba'. Cosas de los pueblos.

Es notorio que los cehegineros llevan a la pila bautismal con el nombre de Maravillas a alguna de sus hijas, por continuar la tradición de las abuelas y por devoción a la Patrona; tal es nuestro caso, pues doña Cristina, madre de otras hijas, no deja en el olvido a la Virgen idolatrada y a ésta le ha tocado en suerte.

A Madre Maravillas le correspondió una suculenta hijuela que, me consta, fue vendiendo y destinando los fondos a la fundación de sus conventos e ingentes obras de caridad.

A raíz de la declaración como Beata, el Excmo. Ayuntamiento dedicó a Madre Maravillas una avenida en la zona del nuevo Parque que, tendrán que denominar ahora con su ascenso en el santoral.

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