La Ciudad de Cehegín ha celebrado una de las becerradas taurinas a beneficio de la Junta Local de la Lucha Contra el Cáncer más exitosas de los últimos años, en la que los toreros solidarios demostraron su gran calidad con excelentes becerros de los Hermanos Quintas Parras, de Madrid.

El centenario coso ceheginero registró más de media entrada para presenciar un espectáculo que conjugó la veteranía de Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, la juventud de Antonio Puerta 'El Filomeno', el saber hacer de 'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', la elegancia de Sergio López Sánchez de Amoraga 'El Niño del Hotelito', el espectáculo de Sergio Ortega 'El Toneja', que como ha triunfado ya no se lo deja, y el valor y las ganas de triunfar de Rubén Hidalgo.

Con el sol en lo alto de la plaza, los espadas saltaban al albero de la Plaza de Toros, recibiendo los primeros aplausos de la tarde por parte de los aficionados, quienes nunca olvidarán un festival como el de este año. El primero en coger los trastos fue el cabeza de cartel, Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, quien a sus 65 años armó la marimorena, levantando al público de sus asientos y dando una lección de torería como aperitivo de lo que se avecinaba.

'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', los dos únicos espadas que repetían cartel, lidiaron al segundo de la tarde, un novillo reservón al que pudieron arrancarle algunos buenos muletazos. Un error en los chiqueros hizo que corriera el turno y saliera por toriles el becerro que tenía que lidiar 'El Toneja', quien con elegancia y chulería plantó sus pies en el ruedo y fabricó un espectáculo sin precedentes que llegó al tendío, hasta tal punto que éste le correspondió al son de 'torero, torero'.

Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. 'El Niño del Hotelito' reventó la corrida. Muy torero durante toda la tarde, y con una técnica más típica de un profesional que de un aficionado, hizo la faena más seria, lucida y variada, con medias verónicas, chicuelinas, pases de pecho y naturales dignos del mejor 'Morante'. Una sorpresa para todos los asistentes, quienes no esperaban algo así. Inacabables tandas de muletazos con el pasodoble 'Nelva', sonando en lo alto de la plaza. Un espectáculo para los sentidos.

'No hay quinto malo' se dice en el mundo taurino, aunque esto no se cumplió del todo en el festival. A porta gayola recibía Rubén Hidalgo a su astado, que salió cruzado y le metió un pitonazo en la ceja, por lo que tuvieron que darle cuatro puntos de sutura. Con sangre en la cara, el joven, que pertenece a la Escuela Taurina de Murcia, le arrancó algún buen muletazo que otro, pero el novillo no se dejó hacer nada y Rubén no pudo lucirse demasiado. Aún así, este chico demostró la frescura de los jóvenes novilleros, con mucho valor y ganas de triunfar, que al final es casi lo más importante en el mundo del toro.

Si el Festival comenzó bien con Cristóbal, acabó mejor con 'El Filomeno', el más joven del cartel con 15 años, una de las sensaciones de la tarde. Además de darle los que probablemente fueran los mejores capotazos de la tarde, conectó rápidamente con el público y disfrutó su toro hasta el último momento. Al natural no pudo hacerle mucho porque el animal se le colaba, pero con la derecha le sacó muletazos de todos los tipos y todos los colores, convirtiéndose en otro de los triunfadores de la tarde.

Viendo lo animada que había resultado ésta, se optó por echar al 'sobrero', que fue lidiado por varios de los espadas, momento en el que tuvo oportunidad de lucirse Rubén Hidalgo, saliendo al final de la corrida a hombros junto al resto de toreros. En definitiva, un festival que ya ha pasado a la historia por todas estas razones, y que deja el listón muy alto para los próximos eventos taurinos de aficionados.

FOTO: Los toreros solidarios reciben una medalla por su gesto benéfico.

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La Ciudad de Cehegín ha celebrado una de las becerradas taurinas a beneficio de la Junta Local de la Lucha Contra el Cáncer más exitosas de los últimos años, en la que los toreros solidarios demostraron su gran calidad con excelentes becerros de los Hermanos Quintas Parras, de Madrid.

El centenario coso ceheginero registró más de media entrada para presenciar un espectáculo que conjugó la veteranía de Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, la juventud de Antonio Puerta 'El Filomeno', el saber hacer de 'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', la elegancia de Sergio López Sánchez de Amoraga 'El Niño del Hotelito', el espectáculo de Sergio Ortega 'El Toneja', que como ha triunfado ya no se lo deja, y el valor y las ganas de triunfar de Rubén Hidalgo.

Con el sol en lo alto de la plaza, los espadas saltaban al albero de la Plaza de Toros, recibiendo los primeros aplausos de la tarde por parte de los aficionados, quienes nunca olvidarán un festival como el de este año. El primero en coger los trastos fue el cabeza de cartel, Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, quien a sus 65 años armó la marimorena, levantando al público de sus asientos y dando una lección de torería como aperitivo de lo que se avecinaba.

'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', los dos únicos espadas que repetían cartel, lidiaron al segundo de la tarde, un novillo reservón al que pudieron arrancarle algunos buenos muletazos. Un error en los chiqueros hizo que corriera el turno y saliera por toriles el becerro que tenía que lidiar 'El Toneja', quien con elegancia y chulería plantó sus pies en el ruedo y fabricó un espectáculo sin precedentes que llegó al tendío, hasta tal punto que éste le correspondió al son de 'torero, torero'.

Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. 'El Niño del Hotelito' reventó la corrida. Muy torero durante toda la tarde, y con una técnica más típica de un profesional que de un aficionado, hizo la faena más seria, lucida y variada, con medias verónicas, chicuelinas, pases de pecho y naturales dignos del mejor 'Morante'. Una sorpresa para todos los asistentes, quienes no esperaban algo así. Inacabables tandas de muletazos con el pasodoble 'Nelva', sonando en lo alto de la plaza. Un espectáculo para los sentidos.

'No hay quinto malo' se dice en el mundo taurino, aunque esto no se cumplió del todo en el festival. A porta gayola recibía Rubén Hidalgo a su astado, que salió cruzado y le metió un pitonazo en la ceja, por lo que tuvieron que darle cuatro puntos de sutura. Con sangre en la cara, el joven, que pertenece a la Escuela Taurina de Murcia, le arrancó algún buen muletazo que otro, pero el novillo no se dejó hacer nada y Rubén no pudo lucirse demasiado. Aún así, este chico demostró la frescura de los jóvenes novilleros, con mucho valor y ganas de triunfar, que al final es casi lo más importante en el mundo del toro.

Si el Festival comenzó bien con Cristóbal, acabó mejor con 'El Filomeno', el más joven del cartel con 15 años, una de las sensaciones de la tarde. Además de darle los que probablemente fueran los mejores capotazos de la tarde, conectó rápidamente con el público y disfrutó su toro hasta el último momento. Al natural no pudo hacerle mucho porque el animal se le colaba, pero con la derecha le sacó muletazos de todos los tipos y todos los colores, convirtiéndose en otro de los triunfadores de la tarde.

Viendo lo animada que había resultado ésta, se optó por echar al 'sobrero', que fue lidiado por varios de los espadas, momento en el que tuvo oportunidad de lucirse Rubén Hidalgo, saliendo al final de la corrida a hombros junto al resto de toreros. En definitiva, un festival que ya ha pasado a la historia por todas estas razones, y que deja el listón muy alto para los próximos eventos taurinos de aficionados.

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La Ciudad de Cehegín ha celebrado una de las becerradas taurinas a beneficio de la Junta Local de la Lucha Contra el Cáncer más exitosas de los últimos años, en la que los toreros solidarios demostraron su gran calidad con excelentes becerros de los Hermanos Quintas Parras, de Madrid.

El centenario coso ceheginero registró más de media entrada para presenciar un espectáculo que conjugó la veteranía de Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, la juventud de Antonio Puerta 'El Filomeno', el saber hacer de 'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', la elegancia de Sergio López Sánchez de Amoraga 'El Niño del Hotelito', el espectáculo de Sergio Ortega 'El Toneja', que como ha triunfado ya no se lo deja, y el valor y las ganas de triunfar de Rubén Hidalgo.

Con el sol en lo alto de la plaza, los espadas saltaban al albero de la Plaza de Toros, recibiendo los primeros aplausos de la tarde por parte de los aficionados, quienes nunca olvidarán un festival como el de este año. El primero en coger los trastos fue el cabeza de cartel, Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, quien a sus 65 años armó la marimorena, levantando al público de sus asientos y dando una lección de torería como aperitivo de lo que se avecinaba.

'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', los dos únicos espadas que repetían cartel, lidiaron al segundo de la tarde, un novillo reservón al que pudieron arrancarle algunos buenos muletazos. Un error en los chiqueros hizo que corriera el turno y saliera por toriles el becerro que tenía que lidiar 'El Toneja', quien con elegancia y chulería plantó sus pies en el ruedo y fabricó un espectáculo sin precedentes que llegó al tendío, hasta tal punto que éste le correspondió al son de 'torero, torero'.

Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. 'El Niño del Hotelito' reventó la corrida. Muy torero durante toda la tarde, y con una técnica más típica de un profesional que de un aficionado, hizo la faena más seria, lucida y variada, con medias verónicas, chicuelinas, pases de pecho y naturales dignos del mejor 'Morante'. Una sorpresa para todos los asistentes, quienes no esperaban algo así. Inacabables tandas de muletazos con el pasodoble 'Nelva', sonando en lo alto de la plaza. Un espectáculo para los sentidos.

'No hay quinto malo' se dice en el mundo taurino, aunque esto no se cumplió del todo en el festival. A porta gayola recibía Rubén Hidalgo a su astado, que salió cruzado y le metió un pitonazo en la ceja, por lo que tuvieron que darle cuatro puntos de sutura. Con sangre en la cara, el joven, que pertenece a la Escuela Taurina de Murcia, le arrancó algún buen muletazo que otro, pero el novillo no se dejó hacer nada y Rubén no pudo lucirse demasiado. Aún así, este chico demostró la frescura de los jóvenes novilleros, con mucho valor y ganas de triunfar, que al final es casi lo más importante en el mundo del toro.

Si el Festival comenzó bien con Cristóbal, acabó mejor con 'El Filomeno', el más joven del cartel con 15 años, una de las sensaciones de la tarde. Además de darle los que probablemente fueran los mejores capotazos de la tarde, conectó rápidamente con el público y disfrutó su toro hasta el último momento. Al natural no pudo hacerle mucho porque el animal se le colaba, pero con la derecha le sacó muletazos de todos los tipos y todos los colores, convirtiéndose en otro de los triunfadores de la tarde.

Viendo lo animada que había resultado ésta, se optó por echar al 'sobrero', que fue lidiado por varios de los espadas, momento en el que tuvo oportunidad de lucirse Rubén Hidalgo, saliendo al final de la corrida a hombros junto al resto de toreros. En definitiva, un festival que ya ha pasado a la historia por todas estas razones, y que deja el listón muy alto para los próximos eventos taurinos de aficionados.

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La Ciudad de Cehegín ha celebrado una de las becerradas taurinas a beneficio de la Junta Local de la Lucha Contra el Cáncer más exitosas de los últimos años, en la que los toreros solidarios demostraron su gran calidad con excelentes becerros de los Hermanos Quintas Parras, de Madrid.

El centenario coso ceheginero registró más de media entrada para presenciar un espectáculo que conjugó la veteranía de Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, la juventud de Antonio Puerta 'El Filomeno', el saber hacer de 'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', la elegancia de Sergio López Sánchez de Amoraga 'El Niño del Hotelito', el espectáculo de Sergio Ortega 'El Toneja', que como ha triunfado ya no se lo deja, y el valor y las ganas de triunfar de Rubén Hidalgo.

Con el sol en lo alto de la plaza, los espadas saltaban al albero de la Plaza de Toros, recibiendo los primeros aplausos de la tarde por parte de los aficionados, quienes nunca olvidarán un festival como el de este año. El primero en coger los trastos fue el cabeza de cartel, Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, quien a sus 65 años armó la marimorena, levantando al público de sus asientos y dando una lección de torería como aperitivo de lo que se avecinaba.

'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', los dos únicos espadas que repetían cartel, lidiaron al segundo de la tarde, un novillo reservón al que pudieron arrancarle algunos buenos muletazos. Un error en los chiqueros hizo que corriera el turno y saliera por toriles el becerro que tenía que lidiar 'El Toneja', quien con elegancia y chulería plantó sus pies en el ruedo y fabricó un espectáculo sin precedentes que llegó al tendío, hasta tal punto que éste le correspondió al son de 'torero, torero'.

Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. 'El Niño del Hotelito' reventó la corrida. Muy torero durante toda la tarde, y con una técnica más típica de un profesional que de un aficionado, hizo la faena más seria, lucida y variada, con medias verónicas, chicuelinas, pases de pecho y naturales dignos del mejor 'Morante'. Una sorpresa para todos los asistentes, quienes no esperaban algo así. Inacabables tandas de muletazos con el pasodoble 'Nelva', sonando en lo alto de la plaza. Un espectáculo para los sentidos.

'No hay quinto malo' se dice en el mundo taurino, aunque esto no se cumplió del todo en el festival. A porta gayola recibía Rubén Hidalgo a su astado, que salió cruzado y le metió un pitonazo en la ceja, por lo que tuvieron que darle cuatro puntos de sutura. Con sangre en la cara, el joven, que pertenece a la Escuela Taurina de Murcia, le arrancó algún buen muletazo que otro, pero el novillo no se dejó hacer nada y Rubén no pudo lucirse demasiado. Aún así, este chico demostró la frescura de los jóvenes novilleros, con mucho valor y ganas de triunfar, que al final es casi lo más importante en el mundo del toro.

Si el Festival comenzó bien con Cristóbal, acabó mejor con 'El Filomeno', el más joven del cartel con 15 años, una de las sensaciones de la tarde. Además de darle los que probablemente fueran los mejores capotazos de la tarde, conectó rápidamente con el público y disfrutó su toro hasta el último momento. Al natural no pudo hacerle mucho porque el animal se le colaba, pero con la derecha le sacó muletazos de todos los tipos y todos los colores, convirtiéndose en otro de los triunfadores de la tarde.

Viendo lo animada que había resultado ésta, se optó por echar al 'sobrero', que fue lidiado por varios de los espadas, momento en el que tuvo oportunidad de lucirse Rubén Hidalgo, saliendo al final de la corrida a hombros junto al resto de toreros. En definitiva, un festival que ya ha pasado a la historia por todas estas razones, y que deja el listón muy alto para los próximos eventos taurinos de aficionados.

FOTO: Los toreros solidarios reciben una medalla por su gesto benéfico.

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La Ciudad de Cehegín ha celebrado una de las becerradas taurinas a beneficio de la Junta Local de la Lucha Contra el Cáncer más exitosas de los últimos años, en la que los toreros solidarios demostraron su gran calidad con excelentes becerros de los Hermanos Quintas Parras, de Madrid.

El centenario coso ceheginero registró más de media entrada para presenciar un espectáculo que conjugó la veteranía de Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, la juventud de Antonio Puerta 'El Filomeno', el saber hacer de 'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', la elegancia de Sergio López Sánchez de Amoraga 'El Niño del Hotelito', el espectáculo de Sergio Ortega 'El Toneja', que como ha triunfado ya no se lo deja, y el valor y las ganas de triunfar de Rubén Hidalgo.

Con el sol en lo alto de la plaza, los espadas saltaban al albero de la Plaza de Toros, recibiendo los primeros aplausos de la tarde por parte de los aficionados, quienes nunca olvidarán un festival como el de este año. El primero en coger los trastos fue el cabeza de cartel, Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, quien a sus 65 años armó la marimorena, levantando al público de sus asientos y dando una lección de torería como aperitivo de lo que se avecinaba.

'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', los dos únicos espadas que repetían cartel, lidiaron al segundo de la tarde, un novillo reservón al que pudieron arrancarle algunos buenos muletazos. Un error en los chiqueros hizo que corriera el turno y saliera por toriles el becerro que tenía que lidiar 'El Toneja', quien con elegancia y chulería plantó sus pies en el ruedo y fabricó un espectáculo sin precedentes que llegó al tendío, hasta tal punto que éste le correspondió al son de 'torero, torero'.

Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. 'El Niño del Hotelito' reventó la corrida. Muy torero durante toda la tarde, y con una técnica más típica de un profesional que de un aficionado, hizo la faena más seria, lucida y variada, con medias verónicas, chicuelinas, pases de pecho y naturales dignos del mejor 'Morante'. Una sorpresa para todos los asistentes, quienes no esperaban algo así. Inacabables tandas de muletazos con el pasodoble 'Nelva', sonando en lo alto de la plaza. Un espectáculo para los sentidos.

'No hay quinto malo' se dice en el mundo taurino, aunque esto no se cumplió del todo en el festival. A porta gayola recibía Rubén Hidalgo a su astado, que salió cruzado y le metió un pitonazo en la ceja, por lo que tuvieron que darle cuatro puntos de sutura. Con sangre en la cara, el joven, que pertenece a la Escuela Taurina de Murcia, le arrancó algún buen muletazo que otro, pero el novillo no se dejó hacer nada y Rubén no pudo lucirse demasiado. Aún así, este chico demostró la frescura de los jóvenes novilleros, con mucho valor y ganas de triunfar, que al final es casi lo más importante en el mundo del toro.

Si el Festival comenzó bien con Cristóbal, acabó mejor con 'El Filomeno', el más joven del cartel con 15 años, una de las sensaciones de la tarde. Además de darle los que probablemente fueran los mejores capotazos de la tarde, conectó rápidamente con el público y disfrutó su toro hasta el último momento. Al natural no pudo hacerle mucho porque el animal se le colaba, pero con la derecha le sacó muletazos de todos los tipos y todos los colores, convirtiéndose en otro de los triunfadores de la tarde.

Viendo lo animada que había resultado ésta, se optó por echar al 'sobrero', que fue lidiado por varios de los espadas, momento en el que tuvo oportunidad de lucirse Rubén Hidalgo, saliendo al final de la corrida a hombros junto al resto de toreros. En definitiva, un festival que ya ha pasado a la historia por todas estas razones, y que deja el listón muy alto para los próximos eventos taurinos de aficionados.

FOTO: Los toreros solidarios reciben una medalla por su gesto benéfico.

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La Ciudad de Cehegín ha celebrado una de las becerradas taurinas a beneficio de la Junta Local de la Lucha Contra el Cáncer más exitosas de los últimos años, en la que los toreros solidarios demostraron su gran calidad con excelentes becerros de los Hermanos Quintas Parras, de Madrid.

El centenario coso ceheginero registró más de media entrada para presenciar un espectáculo que conjugó la veteranía de Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, la juventud de Antonio Puerta 'El Filomeno', el saber hacer de 'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', la elegancia de Sergio López Sánchez de Amoraga 'El Niño del Hotelito', el espectáculo de Sergio Ortega 'El Toneja', que como ha triunfado ya no se lo deja, y el valor y las ganas de triunfar de Rubén Hidalgo.

Con el sol en lo alto de la plaza, los espadas saltaban al albero de la Plaza de Toros, recibiendo los primeros aplausos de la tarde por parte de los aficionados, quienes nunca olvidarán un festival como el de este año. El primero en coger los trastos fue el cabeza de cartel, Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, quien a sus 65 años armó la marimorena, levantando al público de sus asientos y dando una lección de torería como aperitivo de lo que se avecinaba.

'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', los dos únicos espadas que repetían cartel, lidiaron al segundo de la tarde, un novillo reservón al que pudieron arrancarle algunos buenos muletazos. Un error en los chiqueros hizo que corriera el turno y saliera por toriles el becerro que tenía que lidiar 'El Toneja', quien con elegancia y chulería plantó sus pies en el ruedo y fabricó un espectáculo sin precedentes que llegó al tendío, hasta tal punto que éste le correspondió al son de 'torero, torero'.

Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. 'El Niño del Hotelito' reventó la corrida. Muy torero durante toda la tarde, y con una técnica más típica de un profesional que de un aficionado, hizo la faena más seria, lucida y variada, con medias verónicas, chicuelinas, pases de pecho y naturales dignos del mejor 'Morante'. Una sorpresa para todos los asistentes, quienes no esperaban algo así. Inacabables tandas de muletazos con el pasodoble 'Nelva', sonando en lo alto de la plaza. Un espectáculo para los sentidos.

'No hay quinto malo' se dice en el mundo taurino, aunque esto no se cumplió del todo en el festival. A porta gayola recibía Rubén Hidalgo a su astado, que salió cruzado y le metió un pitonazo en la ceja, por lo que tuvieron que darle cuatro puntos de sutura. Con sangre en la cara, el joven, que pertenece a la Escuela Taurina de Murcia, le arrancó algún buen muletazo que otro, pero el novillo no se dejó hacer nada y Rubén no pudo lucirse demasiado. Aún así, este chico demostró la frescura de los jóvenes novilleros, con mucho valor y ganas de triunfar, que al final es casi lo más importante en el mundo del toro.

Si el Festival comenzó bien con Cristóbal, acabó mejor con 'El Filomeno', el más joven del cartel con 15 años, una de las sensaciones de la tarde. Además de darle los que probablemente fueran los mejores capotazos de la tarde, conectó rápidamente con el público y disfrutó su toro hasta el último momento. Al natural no pudo hacerle mucho porque el animal se le colaba, pero con la derecha le sacó muletazos de todos los tipos y todos los colores, convirtiéndose en otro de los triunfadores de la tarde.

Viendo lo animada que había resultado ésta, se optó por echar al 'sobrero', que fue lidiado por varios de los espadas, momento en el que tuvo oportunidad de lucirse Rubén Hidalgo, saliendo al final de la corrida a hombros junto al resto de toreros. En definitiva, un festival que ya ha pasado a la historia por todas estas razones, y que deja el listón muy alto para los próximos eventos taurinos de aficionados.

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La Ciudad de Cehegín ha celebrado una de las becerradas taurinas a beneficio de la Junta Local de la Lucha Contra el Cáncer más exitosas de los últimos años, en la que los toreros solidarios demostraron su gran calidad con excelentes becerros de los Hermanos Quintas Parras, de Madrid.

El centenario coso ceheginero registró más de media entrada para presenciar un espectáculo que conjugó la veteranía de Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, la juventud de Antonio Puerta 'El Filomeno', el saber hacer de 'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', la elegancia de Sergio López Sánchez de Amoraga 'El Niño del Hotelito', el espectáculo de Sergio Ortega 'El Toneja', que como ha triunfado ya no se lo deja, y el valor y las ganas de triunfar de Rubén Hidalgo.

Con el sol en lo alto de la plaza, los espadas saltaban al albero de la Plaza de Toros, recibiendo los primeros aplausos de la tarde por parte de los aficionados, quienes nunca olvidarán un festival como el de este año. El primero en coger los trastos fue el cabeza de cartel, Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, quien a sus 65 años armó la marimorena, levantando al público de sus asientos y dando una lección de torería como aperitivo de lo que se avecinaba.

'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', los dos únicos espadas que repetían cartel, lidiaron al segundo de la tarde, un novillo reservón al que pudieron arrancarle algunos buenos muletazos. Un error en los chiqueros hizo que corriera el turno y saliera por toriles el becerro que tenía que lidiar 'El Toneja', quien con elegancia y chulería plantó sus pies en el ruedo y fabricó un espectáculo sin precedentes que llegó al tendío, hasta tal punto que éste le correspondió al son de 'torero, torero'.

Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. 'El Niño del Hotelito' reventó la corrida. Muy torero durante toda la tarde, y con una técnica más típica de un profesional que de un aficionado, hizo la faena más seria, lucida y variada, con medias verónicas, chicuelinas, pases de pecho y naturales dignos del mejor 'Morante'. Una sorpresa para todos los asistentes, quienes no esperaban algo así. Inacabables tandas de muletazos con el pasodoble 'Nelva', sonando en lo alto de la plaza. Un espectáculo para los sentidos.

'No hay quinto malo' se dice en el mundo taurino, aunque esto no se cumplió del todo en el festival. A porta gayola recibía Rubén Hidalgo a su astado, que salió cruzado y le metió un pitonazo en la ceja, por lo que tuvieron que darle cuatro puntos de sutura. Con sangre en la cara, el joven, que pertenece a la Escuela Taurina de Murcia, le arrancó algún buen muletazo que otro, pero el novillo no se dejó hacer nada y Rubén no pudo lucirse demasiado. Aún así, este chico demostró la frescura de los jóvenes novilleros, con mucho valor y ganas de triunfar, que al final es casi lo más importante en el mundo del toro.

Si el Festival comenzó bien con Cristóbal, acabó mejor con 'El Filomeno', el más joven del cartel con 15 años, una de las sensaciones de la tarde. Además de darle los que probablemente fueran los mejores capotazos de la tarde, conectó rápidamente con el público y disfrutó su toro hasta el último momento. Al natural no pudo hacerle mucho porque el animal se le colaba, pero con la derecha le sacó muletazos de todos los tipos y todos los colores, convirtiéndose en otro de los triunfadores de la tarde.

Viendo lo animada que había resultado ésta, se optó por echar al 'sobrero', que fue lidiado por varios de los espadas, momento en el que tuvo oportunidad de lucirse Rubén Hidalgo, saliendo al final de la corrida a hombros junto al resto de toreros. En definitiva, un festival que ya ha pasado a la historia por todas estas razones, y que deja el listón muy alto para los próximos eventos taurinos de aficionados.

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El centenario coso ceheginero registró más de media entrada para presenciar un espectáculo que conjugó la veteranía de Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, la juventud de Antonio Puerta 'El Filomeno', el saber hacer de 'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', la elegancia de Sergio López Sánchez de Amoraga 'El Niño del Hotelito', el espectáculo de Sergio Ortega 'El Toneja', que como ha triunfado ya no se lo deja, y el valor y las ganas de triunfar de Rubén Hidalgo.

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'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', los dos únicos espadas que repetían cartel, lidiaron al segundo de la tarde, un novillo reservón al que pudieron arrancarle algunos buenos muletazos. Un error en los chiqueros hizo que corriera el turno y saliera por toriles el becerro que tenía que lidiar 'El Toneja', quien con elegancia y chulería plantó sus pies en el ruedo y fabricó un espectáculo sin precedentes que llegó al tendío, hasta tal punto que éste le correspondió al son de 'torero, torero'.

Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. 'El Niño del Hotelito' reventó la corrida. Muy torero durante toda la tarde, y con una técnica más típica de un profesional que de un aficionado, hizo la faena más seria, lucida y variada, con medias verónicas, chicuelinas, pases de pecho y naturales dignos del mejor 'Morante'. Una sorpresa para todos los asistentes, quienes no esperaban algo así. Inacabables tandas de muletazos con el pasodoble 'Nelva', sonando en lo alto de la plaza. Un espectáculo para los sentidos.

'No hay quinto malo' se dice en el mundo taurino, aunque esto no se cumplió del todo en el festival. A porta gayola recibía Rubén Hidalgo a su astado, que salió cruzado y le metió un pitonazo en la ceja, por lo que tuvieron que darle cuatro puntos de sutura. Con sangre en la cara, el joven, que pertenece a la Escuela Taurina de Murcia, le arrancó algún buen muletazo que otro, pero el novillo no se dejó hacer nada y Rubén no pudo lucirse demasiado. Aún así, este chico demostró la frescura de los jóvenes novilleros, con mucho valor y ganas de triunfar, que al final es casi lo más importante en el mundo del toro.

Si el Festival comenzó bien con Cristóbal, acabó mejor con 'El Filomeno', el más joven del cartel con 15 años, una de las sensaciones de la tarde. Además de darle los que probablemente fueran los mejores capotazos de la tarde, conectó rápidamente con el público y disfrutó su toro hasta el último momento. Al natural no pudo hacerle mucho porque el animal se le colaba, pero con la derecha le sacó muletazos de todos los tipos y todos los colores, convirtiéndose en otro de los triunfadores de la tarde.

Viendo lo animada que había resultado ésta, se optó por echar al 'sobrero', que fue lidiado por varios de los espadas, momento en el que tuvo oportunidad de lucirse Rubén Hidalgo, saliendo al final de la corrida a hombros junto al resto de toreros. En definitiva, un festival que ya ha pasado a la historia por todas estas razones, y que deja el listón muy alto para los próximos eventos taurinos de aficionados.

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La Ciudad de Cehegín ha celebrado una de las becerradas taurinas a beneficio de la Junta Local de la Lucha Contra el Cáncer más exitosas de los últimos años, en la que los toreros solidarios demostraron su gran calidad con excelentes becerros de los Hermanos Quintas Parras, de Madrid.

El centenario coso ceheginero registró más de media entrada para presenciar un espectáculo que conjugó la veteranía de Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, la juventud de Antonio Puerta 'El Filomeno', el saber hacer de 'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', la elegancia de Sergio López Sánchez de Amoraga 'El Niño del Hotelito', el espectáculo de Sergio Ortega 'El Toneja', que como ha triunfado ya no se lo deja, y el valor y las ganas de triunfar de Rubén Hidalgo.

Con el sol en lo alto de la plaza, los espadas saltaban al albero de la Plaza de Toros, recibiendo los primeros aplausos de la tarde por parte de los aficionados, quienes nunca olvidarán un festival como el de este año. El primero en coger los trastos fue el cabeza de cartel, Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, quien a sus 65 años armó la marimorena, levantando al público de sus asientos y dando una lección de torería como aperitivo de lo que se avecinaba.

'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', los dos únicos espadas que repetían cartel, lidiaron al segundo de la tarde, un novillo reservón al que pudieron arrancarle algunos buenos muletazos. Un error en los chiqueros hizo que corriera el turno y saliera por toriles el becerro que tenía que lidiar 'El Toneja', quien con elegancia y chulería plantó sus pies en el ruedo y fabricó un espectáculo sin precedentes que llegó al tendío, hasta tal punto que éste le correspondió al son de 'torero, torero'.

Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. 'El Niño del Hotelito' reventó la corrida. Muy torero durante toda la tarde, y con una técnica más típica de un profesional que de un aficionado, hizo la faena más seria, lucida y variada, con medias verónicas, chicuelinas, pases de pecho y naturales dignos del mejor 'Morante'. Una sorpresa para todos los asistentes, quienes no esperaban algo así. Inacabables tandas de muletazos con el pasodoble 'Nelva', sonando en lo alto de la plaza. Un espectáculo para los sentidos.

'No hay quinto malo' se dice en el mundo taurino, aunque esto no se cumplió del todo en el festival. A porta gayola recibía Rubén Hidalgo a su astado, que salió cruzado y le metió un pitonazo en la ceja, por lo que tuvieron que darle cuatro puntos de sutura. Con sangre en la cara, el joven, que pertenece a la Escuela Taurina de Murcia, le arrancó algún buen muletazo que otro, pero el novillo no se dejó hacer nada y Rubén no pudo lucirse demasiado. Aún así, este chico demostró la frescura de los jóvenes novilleros, con mucho valor y ganas de triunfar, que al final es casi lo más importante en el mundo del toro.

Si el Festival comenzó bien con Cristóbal, acabó mejor con 'El Filomeno', el más joven del cartel con 15 años, una de las sensaciones de la tarde. Además de darle los que probablemente fueran los mejores capotazos de la tarde, conectó rápidamente con el público y disfrutó su toro hasta el último momento. Al natural no pudo hacerle mucho porque el animal se le colaba, pero con la derecha le sacó muletazos de todos los tipos y todos los colores, convirtiéndose en otro de los triunfadores de la tarde.

Viendo lo animada que había resultado ésta, se optó por echar al 'sobrero', que fue lidiado por varios de los espadas, momento en el que tuvo oportunidad de lucirse Rubén Hidalgo, saliendo al final de la corrida a hombros junto al resto de toreros. En definitiva, un festival que ya ha pasado a la historia por todas estas razones, y que deja el listón muy alto para los próximos eventos taurinos de aficionados.

FOTO: Los toreros solidarios reciben una medalla por su gesto benéfico.

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La Ciudad de Cehegín ha celebrado una de las becerradas taurinas a beneficio de la Junta Local de la Lucha Contra el Cáncer más exitosas de los últimos años, en la que los toreros solidarios demostraron su gran calidad con excelentes becerros de los Hermanos Quintas Parras, de Madrid.

El centenario coso ceheginero registró más de media entrada para presenciar un espectáculo que conjugó la veteranía de Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, la juventud de Antonio Puerta 'El Filomeno', el saber hacer de 'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', la elegancia de Sergio López Sánchez de Amoraga 'El Niño del Hotelito', el espectáculo de Sergio Ortega 'El Toneja', que como ha triunfado ya no se lo deja, y el valor y las ganas de triunfar de Rubén Hidalgo.

Con el sol en lo alto de la plaza, los espadas saltaban al albero de la Plaza de Toros, recibiendo los primeros aplausos de la tarde por parte de los aficionados, quienes nunca olvidarán un festival como el de este año. El primero en coger los trastos fue el cabeza de cartel, Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, quien a sus 65 años armó la marimorena, levantando al público de sus asientos y dando una lección de torería como aperitivo de lo que se avecinaba.

'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', los dos únicos espadas que repetían cartel, lidiaron al segundo de la tarde, un novillo reservón al que pudieron arrancarle algunos buenos muletazos. Un error en los chiqueros hizo que corriera el turno y saliera por toriles el becerro que tenía que lidiar 'El Toneja', quien con elegancia y chulería plantó sus pies en el ruedo y fabricó un espectáculo sin precedentes que llegó al tendío, hasta tal punto que éste le correspondió al son de 'torero, torero'.

Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. 'El Niño del Hotelito' reventó la corrida. Muy torero durante toda la tarde, y con una técnica más típica de un profesional que de un aficionado, hizo la faena más seria, lucida y variada, con medias verónicas, chicuelinas, pases de pecho y naturales dignos del mejor 'Morante'. Una sorpresa para todos los asistentes, quienes no esperaban algo así. Inacabables tandas de muletazos con el pasodoble 'Nelva', sonando en lo alto de la plaza. Un espectáculo para los sentidos.

'No hay quinto malo' se dice en el mundo taurino, aunque esto no se cumplió del todo en el festival. A porta gayola recibía Rubén Hidalgo a su astado, que salió cruzado y le metió un pitonazo en la ceja, por lo que tuvieron que darle cuatro puntos de sutura. Con sangre en la cara, el joven, que pertenece a la Escuela Taurina de Murcia, le arrancó algún buen muletazo que otro, pero el novillo no se dejó hacer nada y Rubén no pudo lucirse demasiado. Aún así, este chico demostró la frescura de los jóvenes novilleros, con mucho valor y ganas de triunfar, que al final es casi lo más importante en el mundo del toro.

Si el Festival comenzó bien con Cristóbal, acabó mejor con 'El Filomeno', el más joven del cartel con 15 años, una de las sensaciones de la tarde. Además de darle los que probablemente fueran los mejores capotazos de la tarde, conectó rápidamente con el público y disfrutó su toro hasta el último momento. Al natural no pudo hacerle mucho porque el animal se le colaba, pero con la derecha le sacó muletazos de todos los tipos y todos los colores, convirtiéndose en otro de los triunfadores de la tarde.

Viendo lo animada que había resultado ésta, se optó por echar al 'sobrero', que fue lidiado por varios de los espadas, momento en el que tuvo oportunidad de lucirse Rubén Hidalgo, saliendo al final de la corrida a hombros junto al resto de toreros. En definitiva, un festival que ya ha pasado a la historia por todas estas razones, y que deja el listón muy alto para los próximos eventos taurinos de aficionados.

FOTO: Los toreros solidarios reciben una medalla por su gesto benéfico.

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La Ciudad de Cehegín ha celebrado una de las becerradas taurinas a beneficio de la Junta Local de la Lucha Contra el Cáncer más exitosas de los últimos años, en la que los toreros solidarios demostraron su gran calidad con excelentes becerros de los Hermanos Quintas Parras, de Madrid.

El centenario coso ceheginero registró más de media entrada para presenciar un espectáculo que conjugó la veteranía de Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, la juventud de Antonio Puerta 'El Filomeno', el saber hacer de 'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', la elegancia de Sergio López Sánchez de Amoraga 'El Niño del Hotelito', el espectáculo de Sergio Ortega 'El Toneja', que como ha triunfado ya no se lo deja, y el valor y las ganas de triunfar de Rubén Hidalgo.

Con el sol en lo alto de la plaza, los espadas saltaban al albero de la Plaza de Toros, recibiendo los primeros aplausos de la tarde por parte de los aficionados, quienes nunca olvidarán un festival como el de este año. El primero en coger los trastos fue el cabeza de cartel, Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, quien a sus 65 años armó la marimorena, levantando al público de sus asientos y dando una lección de torería como aperitivo de lo que se avecinaba.

'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', los dos únicos espadas que repetían cartel, lidiaron al segundo de la tarde, un novillo reservón al que pudieron arrancarle algunos buenos muletazos. Un error en los chiqueros hizo que corriera el turno y saliera por toriles el becerro que tenía que lidiar 'El Toneja', quien con elegancia y chulería plantó sus pies en el ruedo y fabricó un espectáculo sin precedentes que llegó al tendío, hasta tal punto que éste le correspondió al son de 'torero, torero'.

Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. 'El Niño del Hotelito' reventó la corrida. Muy torero durante toda la tarde, y con una técnica más típica de un profesional que de un aficionado, hizo la faena más seria, lucida y variada, con medias verónicas, chicuelinas, pases de pecho y naturales dignos del mejor 'Morante'. Una sorpresa para todos los asistentes, quienes no esperaban algo así. Inacabables tandas de muletazos con el pasodoble 'Nelva', sonando en lo alto de la plaza. Un espectáculo para los sentidos.

'No hay quinto malo' se dice en el mundo taurino, aunque esto no se cumplió del todo en el festival. A porta gayola recibía Rubén Hidalgo a su astado, que salió cruzado y le metió un pitonazo en la ceja, por lo que tuvieron que darle cuatro puntos de sutura. Con sangre en la cara, el joven, que pertenece a la Escuela Taurina de Murcia, le arrancó algún buen muletazo que otro, pero el novillo no se dejó hacer nada y Rubén no pudo lucirse demasiado. Aún así, este chico demostró la frescura de los jóvenes novilleros, con mucho valor y ganas de triunfar, que al final es casi lo más importante en el mundo del toro.

Si el Festival comenzó bien con Cristóbal, acabó mejor con 'El Filomeno', el más joven del cartel con 15 años, una de las sensaciones de la tarde. Además de darle los que probablemente fueran los mejores capotazos de la tarde, conectó rápidamente con el público y disfrutó su toro hasta el último momento. Al natural no pudo hacerle mucho porque el animal se le colaba, pero con la derecha le sacó muletazos de todos los tipos y todos los colores, convirtiéndose en otro de los triunfadores de la tarde.

Viendo lo animada que había resultado ésta, se optó por echar al 'sobrero', que fue lidiado por varios de los espadas, momento en el que tuvo oportunidad de lucirse Rubén Hidalgo, saliendo al final de la corrida a hombros junto al resto de toreros. En definitiva, un festival que ya ha pasado a la historia por todas estas razones, y que deja el listón muy alto para los próximos eventos taurinos de aficionados.

FOTO: Los toreros solidarios reciben una medalla por su gesto benéfico.

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La Ciudad de Cehegín ha celebrado una de las becerradas taurinas a beneficio de la Junta Local de la Lucha Contra el Cáncer más exitosas de los últimos años, en la que los toreros solidarios demostraron su gran calidad con excelentes becerros de los Hermanos Quintas Parras, de Madrid.

El centenario coso ceheginero registró más de media entrada para presenciar un espectáculo que conjugó la veteranía de Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, la juventud de Antonio Puerta 'El Filomeno', el saber hacer de 'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', la elegancia de Sergio López Sánchez de Amoraga 'El Niño del Hotelito', el espectáculo de Sergio Ortega 'El Toneja', que como ha triunfado ya no se lo deja, y el valor y las ganas de triunfar de Rubén Hidalgo.

Con el sol en lo alto de la plaza, los espadas saltaban al albero de la Plaza de Toros, recibiendo los primeros aplausos de la tarde por parte de los aficionados, quienes nunca olvidarán un festival como el de este año. El primero en coger los trastos fue el cabeza de cartel, Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, quien a sus 65 años armó la marimorena, levantando al público de sus asientos y dando una lección de torería como aperitivo de lo que se avecinaba.

'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', los dos únicos espadas que repetían cartel, lidiaron al segundo de la tarde, un novillo reservón al que pudieron arrancarle algunos buenos muletazos. Un error en los chiqueros hizo que corriera el turno y saliera por toriles el becerro que tenía que lidiar 'El Toneja', quien con elegancia y chulería plantó sus pies en el ruedo y fabricó un espectáculo sin precedentes que llegó al tendío, hasta tal punto que éste le correspondió al son de 'torero, torero'.

Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. 'El Niño del Hotelito' reventó la corrida. Muy torero durante toda la tarde, y con una técnica más típica de un profesional que de un aficionado, hizo la faena más seria, lucida y variada, con medias verónicas, chicuelinas, pases de pecho y naturales dignos del mejor 'Morante'. Una sorpresa para todos los asistentes, quienes no esperaban algo así. Inacabables tandas de muletazos con el pasodoble 'Nelva', sonando en lo alto de la plaza. Un espectáculo para los sentidos.

'No hay quinto malo' se dice en el mundo taurino, aunque esto no se cumplió del todo en el festival. A porta gayola recibía Rubén Hidalgo a su astado, que salió cruzado y le metió un pitonazo en la ceja, por lo que tuvieron que darle cuatro puntos de sutura. Con sangre en la cara, el joven, que pertenece a la Escuela Taurina de Murcia, le arrancó algún buen muletazo que otro, pero el novillo no se dejó hacer nada y Rubén no pudo lucirse demasiado. Aún así, este chico demostró la frescura de los jóvenes novilleros, con mucho valor y ganas de triunfar, que al final es casi lo más importante en el mundo del toro.

Si el Festival comenzó bien con Cristóbal, acabó mejor con 'El Filomeno', el más joven del cartel con 15 años, una de las sensaciones de la tarde. Además de darle los que probablemente fueran los mejores capotazos de la tarde, conectó rápidamente con el público y disfrutó su toro hasta el último momento. Al natural no pudo hacerle mucho porque el animal se le colaba, pero con la derecha le sacó muletazos de todos los tipos y todos los colores, convirtiéndose en otro de los triunfadores de la tarde.

Viendo lo animada que había resultado ésta, se optó por echar al 'sobrero', que fue lidiado por varios de los espadas, momento en el que tuvo oportunidad de lucirse Rubén Hidalgo, saliendo al final de la corrida a hombros junto al resto de toreros. En definitiva, un festival que ya ha pasado a la historia por todas estas razones, y que deja el listón muy alto para los próximos eventos taurinos de aficionados.

FOTO: Los toreros solidarios reciben una medalla por su gesto benéfico.

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La Ciudad de Cehegín ha celebrado una de las becerradas taurinas a beneficio de la Junta Local de la Lucha Contra el Cáncer más exitosas de los últimos años, en la que los toreros solidarios demostraron su gran calidad con excelentes becerros de los Hermanos Quintas Parras, de Madrid.

El centenario coso ceheginero registró más de media entrada para presenciar un espectáculo que conjugó la veteranía de Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, la juventud de Antonio Puerta 'El Filomeno', el saber hacer de 'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', la elegancia de Sergio López Sánchez de Amoraga 'El Niño del Hotelito', el espectáculo de Sergio Ortega 'El Toneja', que como ha triunfado ya no se lo deja, y el valor y las ganas de triunfar de Rubén Hidalgo.

Con el sol en lo alto de la plaza, los espadas saltaban al albero de la Plaza de Toros, recibiendo los primeros aplausos de la tarde por parte de los aficionados, quienes nunca olvidarán un festival como el de este año. El primero en coger los trastos fue el cabeza de cartel, Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, quien a sus 65 años armó la marimorena, levantando al público de sus asientos y dando una lección de torería como aperitivo de lo que se avecinaba.

'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', los dos únicos espadas que repetían cartel, lidiaron al segundo de la tarde, un novillo reservón al que pudieron arrancarle algunos buenos muletazos. Un error en los chiqueros hizo que corriera el turno y saliera por toriles el becerro que tenía que lidiar 'El Toneja', quien con elegancia y chulería plantó sus pies en el ruedo y fabricó un espectáculo sin precedentes que llegó al tendío, hasta tal punto que éste le correspondió al son de 'torero, torero'.

Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. 'El Niño del Hotelito' reventó la corrida. Muy torero durante toda la tarde, y con una técnica más típica de un profesional que de un aficionado, hizo la faena más seria, lucida y variada, con medias verónicas, chicuelinas, pases de pecho y naturales dignos del mejor 'Morante'. Una sorpresa para todos los asistentes, quienes no esperaban algo así. Inacabables tandas de muletazos con el pasodoble 'Nelva', sonando en lo alto de la plaza. Un espectáculo para los sentidos.

'No hay quinto malo' se dice en el mundo taurino, aunque esto no se cumplió del todo en el festival. A porta gayola recibía Rubén Hidalgo a su astado, que salió cruzado y le metió un pitonazo en la ceja, por lo que tuvieron que darle cuatro puntos de sutura. Con sangre en la cara, el joven, que pertenece a la Escuela Taurina de Murcia, le arrancó algún buen muletazo que otro, pero el novillo no se dejó hacer nada y Rubén no pudo lucirse demasiado. Aún así, este chico demostró la frescura de los jóvenes novilleros, con mucho valor y ganas de triunfar, que al final es casi lo más importante en el mundo del toro.

Si el Festival comenzó bien con Cristóbal, acabó mejor con 'El Filomeno', el más joven del cartel con 15 años, una de las sensaciones de la tarde. Además de darle los que probablemente fueran los mejores capotazos de la tarde, conectó rápidamente con el público y disfrutó su toro hasta el último momento. Al natural no pudo hacerle mucho porque el animal se le colaba, pero con la derecha le sacó muletazos de todos los tipos y todos los colores, convirtiéndose en otro de los triunfadores de la tarde.

Viendo lo animada que había resultado ésta, se optó por echar al 'sobrero', que fue lidiado por varios de los espadas, momento en el que tuvo oportunidad de lucirse Rubén Hidalgo, saliendo al final de la corrida a hombros junto al resto de toreros. En definitiva, un festival que ya ha pasado a la historia por todas estas razones, y que deja el listón muy alto para los próximos eventos taurinos de aficionados.

FOTO: Los toreros solidarios reciben una medalla por su gesto benéfico.

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La Ciudad de Cehegín ha celebrado una de las becerradas taurinas a beneficio de la Junta Local de la Lucha Contra el Cáncer más exitosas de los últimos años, en la que los toreros solidarios demostraron su gran calidad con excelentes becerros de los Hermanos Quintas Parras, de Madrid.

El centenario coso ceheginero registró más de media entrada para presenciar un espectáculo que conjugó la veteranía de Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, la juventud de Antonio Puerta 'El Filomeno', el saber hacer de 'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', la elegancia de Sergio López Sánchez de Amoraga 'El Niño del Hotelito', el espectáculo de Sergio Ortega 'El Toneja', que como ha triunfado ya no se lo deja, y el valor y las ganas de triunfar de Rubén Hidalgo.

Con el sol en lo alto de la plaza, los espadas saltaban al albero de la Plaza de Toros, recibiendo los primeros aplausos de la tarde por parte de los aficionados, quienes nunca olvidarán un festival como el de este año. El primero en coger los trastos fue el cabeza de cartel, Cristóbal Sánchez de Amoraga y Ruiz de Assín, quien a sus 65 años armó la marimorena, levantando al público de sus asientos y dando una lección de torería como aperitivo de lo que se avecinaba.

'Dieguito del Borneo' y 'Morenito de Cehegín', los dos únicos espadas que repetían cartel, lidiaron al segundo de la tarde, un novillo reservón al que pudieron arrancarle algunos buenos muletazos. Un error en los chiqueros hizo que corriera el turno y saliera por toriles el becerro que tenía que lidiar 'El Toneja', quien con elegancia y chulería plantó sus pies en el ruedo y fabricó un espectáculo sin precedentes que llegó al tendío, hasta tal punto que éste le correspondió al son de 'torero, torero'.

Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. 'El Niño del Hotelito' reventó la corrida. Muy torero durante toda la tarde, y con una técnica más típica de un profesional que de un aficionado, hizo la faena más seria, lucida y variada, con medias verónicas, chicuelinas, pases de pecho y naturales dignos del mejor 'Morante'. Una sorpresa para todos los asistentes, quienes no esperaban algo así. Inacabables tandas de muletazos con el pasodoble 'Nelva', sonando en lo alto de la plaza. Un espectáculo para los sentidos.

'No hay quinto malo' se dice en el mundo taurino, aunque esto no se cumplió del todo en el festival. A porta gayola recibía Rubén Hidalgo a su astado, que salió cruzado y le metió un pitonazo en la ceja, por lo que tuvieron que darle cuatro puntos de sutura. Con sangre en la cara, el joven, que pertenece a la Escuela Taurina de Murcia, le arrancó algún buen muletazo que otro, pero el novillo no se dejó hacer nada y Rubén no pudo lucirse demasiado. Aún así, este chico demostró la frescura de los jóvenes novilleros, con mucho valor y ganas de triunfar, que al final es casi lo más importante en el mundo del toro.

Si el Festival comenzó bien con Cristóbal, acabó mejor con 'El Filomeno', el más joven del cartel con 15 años, una de las sensaciones de la tarde. Además de darle los que probablemente fueran los mejores capotazos de la tarde, conectó rápidamente con el público y disfrutó su toro hasta el último momento. Al natural no pudo hacerle mucho porque el animal se le colaba, pero con la derecha le sacó muletazos de todos los tipos y todos los colores, convirtiéndose en otro de los triunfadores de la tarde.

Viendo lo animada que había resultado ésta, se optó por echar al 'sobrero', que fue lidiado por varios de los espadas, momento en el que tuvo oportunidad de lucirse Rubén Hidalgo, saliendo al final de la corrida a hombros junto al resto de toreros. En definitiva, un festival que ya ha pasado a la historia por todas estas razones, y que deja el listón muy alto para los próximos eventos taurinos de aficionados.

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