EL LEÓN Y EL CONEJO

En los tiempos más remotos nació un gran león el cual recorría todo su territorio por los cuatro costados. Aquel león fue haciéndose mayor a medida que el tiempo iba pasando, pretendía colonizar todo su territorio e incluso llegar más lejos aún. Él quería hacerse con los pueblos más cercanos a él. No dejaba que nadie realizase sus ilusiones, pues tenía siempre un as en la manga y sabía que estrategias serían las más apropiadas para hacer que su adversario no pudiese seguir adelante. Hace ocho meses que nació en uno de los territorios dominados por aquel león, un pequeño conejo que deseaba vivir en compañía de todos sus demás habitantes de su pueblo querido, éste conejo, hablaba de todos y no sabía que hacer para que todos sus habitantes pudiesen ser mucho más conocidos por todos los demás. Al león no le gustaba que el conejo se hiciera amigo de todos y que hiciese famosos a todos los habitantes donde el conejo vivía. Aquel pequeño conejo sin fuerzas quería seguir adelante, pero siempre el león le preparaba una trampa para no poder llevar a cabo su maravilloso proyecto. No obstante, el conejo seguía su camino como él lo había emprendido para todos sus vecinos. Cuando el conejo cumplió los cinco meses de vida el león le tendió una de sus garras y preparó uno de sus planes para que los demás viesen que sólo el león era el que mandaba en todo el territorio, el conejo debilitado siguió a pesar de todo y, en su sexto mes de vida de nuevo aquel león le preparó otra de sus malvadas estrategias dejándole esta vez con una pequeña parte de sus ilusiones en blanco sin que los demás pusiesen ver parte de las ilusiones que el conejo traía para todos sus vecinos. Cuando el conejo llegó al séptimo mes de vida, el león preparó otro de sus temibles castigos al feliz conejo, el cual sin fuerzas, pretendía poder hacer que los demás no lo dejasen abandonado por ver que no cumplía con todo lo que había prometido. En esta ocasión el león le arrancó de cuajo parte de sus raíces dejándole gravemente herido. Los vecinos no entendía porque aquel conejo estaba desfalleciendo cada vez más, pues el león tenía toda la culpa y nadie lo sabía, porque esa era la estrategia del temible león, hacerle daño al conejo para que los demás que tanto lo habían apreciado y querido desde hacia meses vieran que el conejo les estaba fallando.

Ahora ese conejo ha cumplido ocho meses y con muchas ilusiones éste se está muriendo, pues el león se ha apoderado de él tendiéndole las más temibles plagas desde que nació.

La vida es así amigos, todos quieren subsistir y ser más que nadie. Los más débiles son siempre la presa preferida de los más grandes. A pesar de las circunstancias el conejo seguirá su camino, pero esta vez ira él con ese as en la manga sin caer en las trampas del león.

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En los tiempos más remotos nació un gran león el cual recorría todo su territorio por los cuatro costados. Aquel león fue haciéndose mayor a medida que el tiempo iba pasando, pretendía colonizar todo su territorio e incluso llegar más lejos aún. Él quería hacerse con los pueblos más cercanos a él. No dejaba que nadie realizase sus ilusiones, pues tenía siempre un as en la manga y sabía que estrategias serían las más apropiadas para hacer que su adversario no pudiese seguir adelante. Hace ocho meses que nació en uno de los territorios dominados por aquel león, un pequeño conejo que deseaba vivir en compañía de todos sus demás habitantes de su pueblo querido, éste conejo, hablaba de todos y no sabía que hacer para que todos sus habitantes pudiesen ser mucho más conocidos por todos los demás. Al león no le gustaba que el conejo se hiciera amigo de todos y que hiciese famosos a todos los habitantes donde el conejo vivía. Aquel pequeño conejo sin fuerzas quería seguir adelante, pero siempre el león le preparaba una trampa para no poder llevar a cabo su maravilloso proyecto. No obstante, el conejo seguía su camino como él lo había emprendido para todos sus vecinos. Cuando el conejo cumplió los cinco meses de vida el león le tendió una de sus garras y preparó uno de sus planes para que los demás viesen que sólo el león era el que mandaba en todo el territorio, el conejo debilitado siguió a pesar de todo y, en su sexto mes de vida de nuevo aquel león le preparó otra de sus malvadas estrategias dejándole esta vez con una pequeña parte de sus ilusiones en blanco sin que los demás pusiesen ver parte de las ilusiones que el conejo traía para todos sus vecinos. Cuando el conejo llegó al séptimo mes de vida, el león preparó otro de sus temibles castigos al feliz conejo, el cual sin fuerzas, pretendía poder hacer que los demás no lo dejasen abandonado por ver que no cumplía con todo lo que había prometido. En esta ocasión el león le arrancó de cuajo parte de sus raíces dejándole gravemente herido. Los vecinos no entendía porque aquel conejo estaba desfalleciendo cada vez más, pues el león tenía toda la culpa y nadie lo sabía, porque esa era la estrategia del temible león, hacerle daño al conejo para que los demás que tanto lo habían apreciado y querido desde hacia meses vieran que el conejo les estaba fallando.

Ahora ese conejo ha cumplido ocho meses y con muchas ilusiones éste se está muriendo, pues el león se ha apoderado de él tendiéndole las más temibles plagas desde que nació.

La vida es así amigos, todos quieren subsistir y ser más que nadie. Los más débiles son siempre la presa preferida de los más grandes. A pesar de las circunstancias el conejo seguirá su camino, pero esta vez ira él con ese as en la manga sin caer en las trampas del león.

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Ahora ese conejo ha cumplido ocho meses y con muchas ilusiones éste se está muriendo, pues el león se ha apoderado de él tendiéndole las más temibles plagas desde que nació.

La vida es así amigos, todos quieren subsistir y ser más que nadie. Los más débiles son siempre la presa preferida de los más grandes. A pesar de las circunstancias el conejo seguirá su camino, pero esta vez ira él con ese as en la manga sin caer en las trampas del león.

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Ahora ese conejo ha cumplido ocho meses y con muchas ilusiones éste se está muriendo, pues el león se ha apoderado de él tendiéndole las más temibles plagas desde que nació.

La vida es así amigos, todos quieren subsistir y ser más que nadie. Los más débiles son siempre la presa preferida de los más grandes. A pesar de las circunstancias el conejo seguirá su camino, pero esta vez ira él con ese as en la manga sin caer en las trampas del león.

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Ahora ese conejo ha cumplido ocho meses y con muchas ilusiones éste se está muriendo, pues el león se ha apoderado de él tendiéndole las más temibles plagas desde que nació.

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EL LEÓN Y EL CONEJO

En los tiempos más remotos nació un gran león el cual recorría todo su territorio por los cuatro costados. Aquel león fue haciéndose mayor a medida que el tiempo iba pasando, pretendía colonizar todo su territorio e incluso llegar más lejos aún. Él quería hacerse con los pueblos más cercanos a él. No dejaba que nadie realizase sus ilusiones, pues tenía siempre un as en la manga y sabía que estrategias serían las más apropiadas para hacer que su adversario no pudiese seguir adelante. Hace ocho meses que nació en uno de los territorios dominados por aquel león, un pequeño conejo que deseaba vivir en compañía de todos sus demás habitantes de su pueblo querido, éste conejo, hablaba de todos y no sabía que hacer para que todos sus habitantes pudiesen ser mucho más conocidos por todos los demás. Al león no le gustaba que el conejo se hiciera amigo de todos y que hiciese famosos a todos los habitantes donde el conejo vivía. Aquel pequeño conejo sin fuerzas quería seguir adelante, pero siempre el león le preparaba una trampa para no poder llevar a cabo su maravilloso proyecto. No obstante, el conejo seguía su camino como él lo había emprendido para todos sus vecinos. Cuando el conejo cumplió los cinco meses de vida el león le tendió una de sus garras y preparó uno de sus planes para que los demás viesen que sólo el león era el que mandaba en todo el territorio, el conejo debilitado siguió a pesar de todo y, en su sexto mes de vida de nuevo aquel león le preparó otra de sus malvadas estrategias dejándole esta vez con una pequeña parte de sus ilusiones en blanco sin que los demás pusiesen ver parte de las ilusiones que el conejo traía para todos sus vecinos. Cuando el conejo llegó al séptimo mes de vida, el león preparó otro de sus temibles castigos al feliz conejo, el cual sin fuerzas, pretendía poder hacer que los demás no lo dejasen abandonado por ver que no cumplía con todo lo que había prometido. En esta ocasión el león le arrancó de cuajo parte de sus raíces dejándole gravemente herido. Los vecinos no entendía porque aquel conejo estaba desfalleciendo cada vez más, pues el león tenía toda la culpa y nadie lo sabía, porque esa era la estrategia del temible león, hacerle daño al conejo para que los demás que tanto lo habían apreciado y querido desde hacia meses vieran que el conejo les estaba fallando.

Ahora ese conejo ha cumplido ocho meses y con muchas ilusiones éste se está muriendo, pues el león se ha apoderado de él tendiéndole las más temibles plagas desde que nació.

La vida es así amigos, todos quieren subsistir y ser más que nadie. Los más débiles son siempre la presa preferida de los más grandes. A pesar de las circunstancias el conejo seguirá su camino, pero esta vez ira él con ese as en la manga sin caer en las trampas del león.

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EL LEÓN Y EL CONEJO

En los tiempos más remotos nació un gran león el cual recorría todo su territorio por los cuatro costados. Aquel león fue haciéndose mayor a medida que el tiempo iba pasando, pretendía colonizar todo su territorio e incluso llegar más lejos aún. Él quería hacerse con los pueblos más cercanos a él. No dejaba que nadie realizase sus ilusiones, pues tenía siempre un as en la manga y sabía que estrategias serían las más apropiadas para hacer que su adversario no pudiese seguir adelante. Hace ocho meses que nació en uno de los territorios dominados por aquel león, un pequeño conejo que deseaba vivir en compañía de todos sus demás habitantes de su pueblo querido, éste conejo, hablaba de todos y no sabía que hacer para que todos sus habitantes pudiesen ser mucho más conocidos por todos los demás. Al león no le gustaba que el conejo se hiciera amigo de todos y que hiciese famosos a todos los habitantes donde el conejo vivía. Aquel pequeño conejo sin fuerzas quería seguir adelante, pero siempre el león le preparaba una trampa para no poder llevar a cabo su maravilloso proyecto. No obstante, el conejo seguía su camino como él lo había emprendido para todos sus vecinos. Cuando el conejo cumplió los cinco meses de vida el león le tendió una de sus garras y preparó uno de sus planes para que los demás viesen que sólo el león era el que mandaba en todo el territorio, el conejo debilitado siguió a pesar de todo y, en su sexto mes de vida de nuevo aquel león le preparó otra de sus malvadas estrategias dejándole esta vez con una pequeña parte de sus ilusiones en blanco sin que los demás pusiesen ver parte de las ilusiones que el conejo traía para todos sus vecinos. Cuando el conejo llegó al séptimo mes de vida, el león preparó otro de sus temibles castigos al feliz conejo, el cual sin fuerzas, pretendía poder hacer que los demás no lo dejasen abandonado por ver que no cumplía con todo lo que había prometido. En esta ocasión el león le arrancó de cuajo parte de sus raíces dejándole gravemente herido. Los vecinos no entendía porque aquel conejo estaba desfalleciendo cada vez más, pues el león tenía toda la culpa y nadie lo sabía, porque esa era la estrategia del temible león, hacerle daño al conejo para que los demás que tanto lo habían apreciado y querido desde hacia meses vieran que el conejo les estaba fallando.

Ahora ese conejo ha cumplido ocho meses y con muchas ilusiones éste se está muriendo, pues el león se ha apoderado de él tendiéndole las más temibles plagas desde que nació.

La vida es así amigos, todos quieren subsistir y ser más que nadie. Los más débiles son siempre la presa preferida de los más grandes. A pesar de las circunstancias el conejo seguirá su camino, pero esta vez ira él con ese as en la manga sin caer en las trampas del león.

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