La escultura

El tratamiento de las formas es elemental, partiendo de un bloque prismático de caliza arenosa compacta e irregular a los efectos de la erosión pero de una textura similar a la de la roca utilizada en la escultura ibérica.

Para su confección se ha partido de un bloque prismático bien encuadrado, paralepipédico, cuya parte inferior forma el actual plinto de la figura, amplio en la parte posterior y breve en los lados y frontal de la misma. Da la impresión de que la figura hubiese sido hecha a partir de un ara o estela funeraria con breve base, que se hubiera debastado de forma sumaria en una de sus caras anchas (la posterior), y a partir de la cual se confeccionase la estatua. Igualmente aparecen desbastadas las dos caras menores, correspondientes a los lados de la figura. La parte frontal no ha sido rebajada sino en la medida en que se necesitaba para hacer destacar, en un relieve tosco y elemental, las formas de la figura. El relieve sumario parece mantener la superficie original, plana y bien tratada.

Desde un punto de vista técnico se observa un escaso dominio del trabajo de cantería con fuerte desbastado por percusión indirecta, a cincel, en el dorso y labra por incisión reiterada sin tratamiento de acabado. La figura, exenta, es en definitiva, un prisma de cuya parte superior, redondeada, parece emerger la cabeza recortada en los lados, y sin destacar en frente y parte posterior. El rostro queda enmarcado por la tosca melena, larga y hacia atrás, muy destacada y tratada en toda su superficie par vacilantes líneas incisas que marcan el cabello.

En el rostro, tosco y plano, ojos y nariz quedan en relieve a expensas de rebajar aquel. La boca es una breve incisión, sin volumen alguno sobre el mentón corto y hundido. Los ojos, almendrados, están marcados par una incisión horizontal, mientras la nariz, fina y prolongada, parte de la frente, saliente, sin resaltar el rostro.

El cuerpo, bajo el cuello, insinúa levemente lo que podrían ser collares o adornos del escote, sin marcar rasgos anatómicos.

Unas líneas incisas, paralelas al contorno del bloque, marcan la mano derecha, rígida en la vertical del cuerpo y terminando frontalmente en un amplio orificio. Lateralmente se ven unas marcas incisas que indican un vaso estrecho cuyo cuello abraza esta mono.

En ángulo recto hay otra línea en relieve rebajado a la altura de la cintura escapular, que incide en la parte central con unas líneas que parten del hombro derecho y que parecen representar una especie de sagum, indicado igualmente en la parte izquierda y más claramente aquí con la línea inclinada hasta el coda del brazo izquierdo. el antebrazo izquierdo en ángulo recto con el tronco y pegado a la parte frontal del cuerpo a la altura de la cintura, porta, sin haber marcado el escultor la mano, el mango de un objeto circular plano con largo enmangue, extremo engrosado y terminal anguloso, al parecer un espejo. La parte superior, circular, queda en relieve sobre el pecho plano.

Más destacados quedan los pies, que, a modo de casquete esférico con contorno inciso profundo, parecen emerger de la superficie vertical del plano frontal.

La escultura conserva en algunos sectores del manta leves restos de pintura roja to que indica que debió estar policromada.

Autores: PEDRO A. LILLO CARPIO JOSE A. MELGARES GUERRERO (Programa de fiestas de 1985)