Problemática

Indudablemente hemos de salvar los precedentes escultóricos de la zona, que ponen de manifiesto una extraordinaria pujanza de la escultura en piedra en el área en época ibérica.

A nuestro juicio esta escultura, de extraordinaria personalidad, queda interrumpida en el s. IV a. C. y por tanto sin conexión formal con la que nos ocupa.

Habríamos de dar un salto cronológico a una fase tardía de la estatuaria romana en el área y de cargado matiz local.

Formaría parte de ese gran conjunto de piezas del que dice Nimeyer: «Hasta hace pocos años las esculturas romanas de la Península Ibérica, así como las del Imperio Romano en general, han sido tratadas sobre todo en relación a su valor artístico, estético y estilístico» y añade: «Bajo el aspecto general de la función social del lenguaje figurativo de imágenes, las esculturas provinciales hispánicas concretamente, se comprenderán como expresión y síntoma de las condiciones políticas, sociológicas, culturales y religiosas» .

Poco podemos añadir a estas palabras. Indudablemente no todo es arte oficial y no todas las áreas gozan de las características de todo tipo que les harían acreedoras de piezas exponentes de este arte. Otro arte, de inspiración indígena, con condiciones y limitaciones locales, se pone de manifiesto sobre todo en área de marcado carácter rústico.

En esta línea podríamos hallar un parentesco formal con las piezas descritas por Díez Coronel procedentes del Valle de Arán. Representaciones similares hallamos igualmente en Navarra en que de nuevo aparece la representación del espejo o bien del ciatus y del vaso. En este caso podríamos apoyar lo dicho por Alberto Firmat a propósito de la escasa evolución onomástica femenina «frente a la progresiva romanización onomástica de los varones» en cuanto a los contenidos formales. Los atributos funerarios femeninos han pervivido secularmente.

Autores: PEDRO A. LILLO CARPIO JOSE A. MELGARES GUERRERO (Programa de fiestas de 1985)